Lo peor de la final a ocho no fue que el Casademont no pudiera competir por la final, por el oro, sino la pérdida de jugadores por el camino. Un peaje excesivo porque la ACB espera a la vuelta de la esquina y la Champions vuelve a empezar en dos semanas. En el partido ante el AEK fue Rasheed Sulaimon quien cayó lesionado. Unos problemas musculares tres forzar en una acción ofensiva le enviaron al banquillo y le dejaron sin jugar el partido por el bronce. En el caso de Hlinason fue un esguince de tobillo al poco de empezar ese último partido el que le impidió seguir jugando.

El equipo está pendiente de la evolución de ambos y de las pruebas que se les puedan hacer para conocer tanto el diagnóstico exacto como el tiempo de recuperación que necesiten. En cuanto a Hlinason, Ocampo explicó tras el partido que había intentado volver a jugar pero no había podido porque estaba «muy mal» y que habría que esperar un par de días para conocer el diagnóstico.

El Casademont no tiene mucho tiempo para recuperar a sus jugadores, puesto que esta semana le espera de nuevo una doble jornada. El jueves recibe en el Príncipe Felipe al campeón de la Champions, el San Pablo Burgos, en el duelo que debía de haberse disputado este fin de semana y que se aplazó, precisamente, por la fase final del torneo continental. El sábado tendrá que desplazarse a San Sebastián para medirse al Gipuzkoa en la quinta jornada de la Liga Endesa.

El equipo aragonés no está teniendo nada de suerte con las lesiones. En dos semanas ya han tenido algún percance tres jugadores. Sin duda la peor noticia llegó en la segunda fecha, cuando Vit Krejci se rompió el ligamento en el duelo contra el Madrid, una lesión que le hará perderse toda la temporada. En Atenas fueron Sulaimon y Hlinason los que sufrieron diferentes problemas que les impidieron seguir jugando. Ante el Dijon no estuvo el escolta y el pívot apenas pudo jugar cuatro minutos. Ahora habrá que ver cuánto necesitan de recuperación y si pueden jugar este jueves.