Una detrás de otra, el CAI ha ido dejando víctimas a su paso por la Liga desde que el 12 de noviembre salió con mala cara de un pabellón por última vez. Fue en Huelva. Aquella derrota puso punto y final a una época de dudas y mal juego y abrió otra de bonanza y efusividad. Ya han pasado dos meses y el equipo que dirige Alfred Julbe no ha vuelto a perder. La trabajada victoria contra el Cáceres supuso el octavo triunfo seguido y superó la mejor racha de la temporada en la LEB, en posesión del Plasencia, que se había adjudicado sus siete primeros encuentros. Ayer, el conjunto extremeño perdió y el CAI se subió a lo más alto de pleno derecho.

Ante la fortaleza y la convicción aragonesa han ido doblando la rodilla, de manera consecutiva, el León, Los Barrios, Ourense, Melilla, La Palma, Tarragona, Inca y Cáceres. Ningún otro equipo había conseguido presumir de una trayectoria tan brillante, y únicamente el Plasencia (siete) y el Bilbao (seis) se le habían acercado. Además, el CAI no ha dado síntomas de derrumbamiento y amenaza con prolongar en el tiempo sus buenos resultados (los dos próximos partidos, que se jugarán antes de la Copa Príncipe, le pondrán a prueba ante el Alerta Cantabria en casa y el Algeciras fuera).

Quince victorias del Murcia

La racha del CAI es extraordinaria, espectacular. Pero todavía mira de lejos a la que consiguió el Etosa Murcia en la temporada 02-03. El equipo de Felipe Coehlo, que se estrenó con un triunfo y no paró de ganar hasta casi cuatro meses después, fue capaz de salir vencedor de quince partidos uno tras otro (dos veces al Tarragona, Lobos, Ourense, Huelva, Rosalía, Bilbao, Gijón, Complutense, Inca, Menorca, Melilla, Los Barrios, CAI y León).

Todo empezó el 1 de noviembre del 2002 y esa trayectoria imparable no se detuvo hasta el 28 de febrero del año pasado. El Lobos terminó con el recital del Murcia (84-76). Esa racha le sirvió para pasar del puesto decimotercero al segundo. Luego, subió a la ACB.