En casi dos meses de juego convincente y resultados extraordinarios, el CAI se ha ganado por derecho propio un sobresaliente en actitud y aptitud. En ese tiempo se ha transformado y, de ser una presa fácil, se ha convertido en un depredador insaciable. Para llegar al liderato, ha vencido sus últimos nueve partidos, casi todos con una firmeza inusual. Hoy tiene el décimo, el de la matrícula de honor. Suceda lo que suceda, el encuentro de esta noche en Algeciras cerrará un ciclo triunfal previo a la disputa de la Copa Príncipe dentro de ocho días. El CAI quiere darse otro revolcón de felicidad antes de asaltar ante su gente el título más importante de su corta historia.

La prueba de hoy no es un pasacalles, es un examen serio y riguroso. El equipo de Alfred Julbe visita una pista que, aunque no es inexpugnable, sí cuesta un esfuerzo especial ganar en ella. El Algeciras sólo ha perdido dos veces en toda la temporada en su casa: contra el Plasencia (74-83) y ante el Menorca (88-93), dos traspiés que coincidieron con una racha nefasta de cinco derrotas consecutivas en los últimos cinco partidos del 2003. El resto, incluido el Granada, no han pescado allí. La solvencia del conjunto que dirige Porfirio Fisac ante su público reside en un juego alegre, de muchos puntos (el Algeciras es el máximo anotador de la LEB), sostenido en sus dos americanos (Aaron Swinson y Mark Poag), especialmente en el pívot, el jugador más completo de la Liga por sus números de valoración.

EL RETO Ante el bajo nivel de juego que está exhibiendo Poag en el principio de año, Swinson será esta noche el principal obstáculo que deberá salvar el CAI para redondear una trayectoria impecable. Un duro reto para Otis Hill y Lester Earl, los dos americanos del equipo, que protagonizaron su mejor encuentro con la camiseta roja el mismo día: el pasado viernes ante el Lobos.

Hace una semana les tocó a ellos, pero podrían haber sido otros. El CAI Zaragoza ha conseguido crear una dinámica ganadora basada en la fortaleza colectiva y en la inspiración semanal de alguno de sus jugadores. Los americanos asumieron ese papel contra el Alerta Cantabria, pero Lescano, varias veces, Doblado, Ferrer o Ciorciari también lo han hecho en ocasiones.

Desde que Oscar González dejó Valladolid para firmar por el CAI no ha conocido la derrota. "No recuerdo la última vez que un equipo en el que jugara yo ganó tantos encuentros seguidos", explica el base. Hoy, el talismán volverá a estar sobre la pista del Algeciras, adonde tampoco ha viajado Murcia.

Enfrente se encontrará a un conjunto al que arropan algo más de mil personas y que tiene dos jugadores tocados: Bey, que se rompió el tabique nasal por cuarta vez esta temporada, y Joe Alonso, un excelente tirador que padece problemas en la espalda. El resto se vestirán de corto: Serrano, Alexander o Romero. Un equipo con nombres atractivos.