No puedes perder de 29 e irte a casa tranquilo. Tanto si juegas en la Liga de tu barrio como si eres un Allstar . Seas quien seas, algo te come por dentro y una reflexión extensa es la mejor cura para apaciguar la conciencia. Tras soportar la humillación de una derrota severa en La Casilla, acumulada al traspiés con el Plasencia, los jugadores del CAI entraron ayer en una jornada de meditación de la que sacar conclusiones positivas de la tormenta. Todos se sienten decepcionados, aunque interpretan el resultado como respuesta natural a las ausencias que tuvo que soportar el grupo en su visita a Bilbao. "Estamos muy decepcionados por el resultado pero partíamos con una gran cantidad de desventajas", enunció ayer Sabaté. "Nos destrozaron. Con el equipo al completo todo hubiera cambiado. Hay que convivir con estas circunstancias, con las posibles lesiones, pero está claro que sin Otis Hill y Matías Lescano el CAI tiene muy pocas opciones de ganar y ascender", afirmó Oscar González.

Los propios implicados asumen su falta de acierto y entonan la primera persona al hablar de responsables. No se esconden tras las bajas en la explicación de una derrota abultado en exceso. "Desde un principio sabíamos que había que salir muy concentrados física y mentalmente, pero no supimos cómo hacerlo y coincidió con un gran encuentro del Bilbao", comentó Javi Mesa. "Ellos nos tenían muchas ganas porque les habíamos ganado ya en la Liga y en la Copa. Salieron muy motivados. En un encuentro así, cuando ves que tu rival se marcha en el marcador, es muy difícil no venirte abajo", declaró Oscar González.

REALIDAD IRREAL Esos 29 puntos son una tortura excesiva para el CAI, según los propios jugadores. "La imagen que se vio no es la que nos diferencia del Bilbao. La baja de Otis nos pasó factura mentalmente y salimos muy mermados en el ataque y en el rebote", explicó Ferrer.

La lesión de Hill perturbó la rotación y la asignación de responsabilidades, un contratiempo que no se supo paliar. "Este CAI no se hizo para que tuviera que depender de nadie, pero sí hay unos referentes sobre la pista y cuando faltan es complicado readaptarse", comentó Sabaté. "Durante todo el año estás acostumbrado a jugar con unos parámetros y es difícil variarlos en un solo partido", dijo Mesa, con Earl, el único pívot nato en Bilbao.

NO PASA NADA Tras la reflexión, la conclusión está rodeada de calma. Estas dos derrotas y la cercanía de los perseguidores no alerta a un CAI que cree en sus condiciones y mira al pasado para ratificar esta teoría optimista. "Ni cuando ganamos somos los mejores ni cuando perdemos no somos nadie. Nuestro objetivo sigue siendo el liderato y el ascenso", aseveró Ferrer. "No hay que darle tanta importancia. Quedan muchas jornadas, nuestro calendario es cómodo y ahora son nuestros rivales los que se tienen que enfrentar", declaró Mesa.