Las diferencias económicas, por trayectoria, por títulos, por dimensión de club, siguen siendo inmensas. Pero la clasificación de la ACB, después de 22 partidos, dice que el Real Madrid es segundo con 17 victorias y el Casademont, tercero con 16. Así que el equipo aragonés se ha ganado el derecho a mirar a su rival a los ojos y sentirse capaz de todo, incluso de buscar la victoria este domingo en el WiZink Center (12.30 horas), algo que no ha logrado nunca.

Al Casademont Zaragoza este duelo en las alturas le pilla enfrascado en la eliminatoria europea, pero ya ha demostrado en otras ocasiones su capacidad para afrontar los dos torneos y, sobre todo, para mantener su elevado nivel competitivo fuera de casa. Desde luego tendrá que dar su máximo si quiere sorprender a un Real Madrid que, aunque más exigido físicamente, con bajas significativas, sigue siendo el favorito a todo. Sin ir más lejos, es el vigente campeón de la Copa. Y acumula seis victorias consecutivas en Liga y Euroliga desde entonces y un total de once.

Porfirio Fisac llega con la duda de Fran Vázquez, al que el propio técnico prácticamente descartó tanto para este como para el partido del martes en Lituania, mientras que Pablo Laso perdió tas la Copa a Llull y Randolph, al tiempo que Mickey sigue dado de baja en la Liga. Eso ha obligado al técnico a contar más en los últimos partidos con Garuba y Nakic, las próximas joyas de la cantera blanca. De hecho, ambos fueron titulares en el último encuentro de Euroliga.

El Casademont Zaragoza ya venció al conjunto blanco en el partido de ida y con una suficiencia nunca vista (84-67). Esa fue la segunda victoria aragonesa sobre el equipo blanco en toda la historia de enfrentamientos oficiales entre ambos, lo que muestra el mérito de aquella y la dificultad de la empresa de hoy. Eso sí, la trayectoria del conjunto zaragozano le ha concedido mayor crédito y respeto de los rivales. Nadie espera un partido fácil ante el Casademont, todo lo contrario. Así lo dice también Pablo Laso, que advierte de la situación de su plantilla con los problemas que arrastran Randolph y Llull desde la Copa del Rey.

Las bajas en un equipo grande son menos significativas y el Real Madrid tiene arsenal suficiente como para llevarse cualquier partido, así lo demuestran sus últimas victorias. Sus puntos pueden venir desde cualquier flanco, anota Carroll, anota Deck, anota Thompkins, y es el conjunto líder en rebotes de la Liga Endesa con el Casademont, eso sí, justo por detrás. Esa batalla, la de los rechaces, se antoja una vez más como fundamental en el desarrollo y resolución final del partido. En ese sentido Walter Tavares siempre ha sido un quebradero de cabeza para el equipo aragonés, su influjo en la zona ha cambiado muchos partidos y ha frustrado muchas veces al Casademont. La presencia de Thompson ha de devolver al conjunto de Fisac ese poderío interior.

Precisamente es lo que reclamó el técnico a sus jugadores tras la victoria europea, recuperar el equilibrio dentro-fuera en su juego aprovechando la presencia del norteamericano y no desperdiciar cartuchos lejanos cuando no hay acierto. El Real Madrid es el mejor conjunto de la competición desde la línea de tres, por lo que el Casademont deberá vigilar también eso y no convertir el partido en un duelo de triples. Son muchas cosas las que tiene que hacer bien el conjunto aragonés, pero llega a la cita sin más necesidad que la de demostrar su propio nivel.