El Casademont Zaragoza no está para fiestas ni celebraciones. En todo caso, para los clásicos propósitos de Año Nuevo que no puede demorar en aplicar. Comienza el 2021 con un plato fuerte, mucho más que la visita del campeón Baskonia hace una semana, porque hoy se juega la temporada, media vida. Recibe este sábado a un rival directo, directísimo, por escapar de los puestos de descenso, el Coosur Real Betis (20.45 horas). Ganar supondrá asomar la cabeza, aunque la huida no habrá hecho más que comenzar. Perder metería al Casademont en un lío morrocotudo.

El equipo aragonés ha mejorado en las últimas semanas, compite, ha podido ganar algún partido más, pero la realidad inapelable es que ha ganado únicamente cuatro partidos en las 16 jornadas disputadas. Y eso supone que está en la zona baja de la tabla, que solo hay dos equipos peores, el Bilbao y el Gipuzkoa, y que debe espabilar porque lo están haciendo todos sus rivales directos. Por ejemplo, el Betis, que ganó en Málaga en su partido aplazado de la decimoquinta jornada y ya ha empatado a triunfos con el Casademont. Y está haciendo cambios en la plantilla para salir de ahí.

Enero va a ser un mes crucial para el equipo de Sergio Hernández. Betis, Estudiantes, Fuenlabrada y Bilbao van a marcar el pulso vital de los aragoneses en esta Liga Endesa. Cuatro duelos ante cuatro rivales directos contra los que se verá hasta dónde puede llegar el Casademont. Tropezar más de lo necesario le condenará a sufrir, a la angustia de evitar los puestos de descenso. Así que lo primero es vencer al Betis y superarle en la clasificación, evitando además poder ser alcanzado próximamente por los dos últimos.

La defensa

La defensaSus derrotas suelen tener un factor en común: la defensa. La falta de ella, más bien. El Casademont Zaragoza es el equipo que más puntos encaja de toda la Liga Endesa y mientras no cambie eso, seguirá castigado en la cola de la clasificación. Y debe cambiar desde el salto inicial. En Santiago de Compostela encajó 28 puntos en el primer cuarto. Ante el Baskonia, una semana después, 29. No puede volver a permitirse otro inicio semejante y debe marcar territorio desde el inicio. Hacerse fuerte en casa será otra de las claves para salir de la situación en la que se encuentra.

El equipo aragonés necesita sumar más victorias. Desde la llegada de Sergio Hernández al banquillo ha logrado dos triunfos en ocho partidos (mismos números que antes de su aterrizaje). Aunque se ha visto mejora en algunos aspectos, ya es momento de que eso se traduzca en victorias. Ahora mismo ganar está por encima de la idea de juego, aunque es cierto que sin ella es más complicado encontrar el buen camino.

Enfrente tendrá un rival en una situación parecida, en pleno proceso de transformación. El Betis ha cambiado su entrenador, Joan Plaza por Curro Segura, y se ha reforzado con un viejo conocido, el pívot Jerome Jordan, y el base Jerome Randle. Los sevillanos han logrado sacar adelante dos partidos fundamentales, uno ante un rival directo como el Fuenlabrada, y el otro en Málaga, uno de esos triunfo de refuerzo para cualquier equipo.

El conjunto andaluz llega con la baja del ala-pívot Nick Spires, que se lesionó el martes en duelo en el Martín Carpena y el último día del año fue intervenido de una fractura del segundo metacarpiano de su mano derecha. Spires no es el jugador más importante de la rotación interior del Betis, donde sí son más importantes Ndoye y Kay, otra buena piedra de toque para los pívots aragoneses. Su máximo anotador es el escolta Feldeine con 14,3 puntos de promedio. En las últimas jornadas el Casademont ha tenido serios problemas con los tiradores rivales. Hoy no se puede permitir fallos. La temporada está en juego.