Las propias actuaciones del Casademont Zaragoza y la igualdad que reina en el grupo D obligan al equipo aragonés a no dormirse más en la Champions y a buscar una victoria fuera de casa que aumente sus opciones de clasificación para la siguiente fase. Así ha viajado a Hungría, obligado a buscar un triunfo lejos de casa, algo que hasta ahora solo ha logrado en la pista del Besiktas. Ante el Falco Szombathely (miércoles, 18.00 horas) tendrá una nueva oportunidad de ganar y de asegurarse otro desempate porque ya venció al equipo magiar en el Príncipe Felipe.

Aquel duelo, disputado con tres bajas importantes y en la resaca del triunfo ante el Barcelona, demostró que no hay rival fácil para el Casademont si no exhibe su mejor nivel. Los resultados del equipo húngaro reafirman esa máxima porque el Falco no solo ha ganado todos los partidos europeos que ha jugado en casa (y casi todos, excepto frente al Dijon, por una amplia diferencia), sino que acumula 19 partidos consecutivos en casa sin perder y es líder de la Liga húngara con trece victorias y una única derrota. Así que, al margen de las consideraciones que pueda merecer el nivel de su Liga doméstica, es evidente que la dinámica del Falco es la de un equipo ganador, que sabe lo que hace. Y eso siempre es peligroso.

Además, las prestaciones del Casademont en Europa han estado un peldaño por debajo de las de la Liga y, sobre todo, fuera de casa, lo que obliga al equipo aragonés a redoblar su atención en este partido. No puede permitirse más tropiezos y debe aprovechar bien sus oportunidades. Otra de las lecciones que ha aprendido hasta ahora es que, en su máximo nivel, puede con cualquiera. Llámese Real Madrid, Barcelona o Baskonia. Pero cuando no hace su trabajo, sufre en la pista.

La defensa y el control del rebote volverán a ser claves. El Falco promedia 86 puntos como local en la Champions y ha ganado sus partidos por una media de 16 puntos. En el partido de la primera vuelta el Casademont sufrió mucho para superarle y solo lo consiguió en la última acción, por un único punto. La dificultad será mayor en el Savaria (nombre en latín de la ciudad), el pabellón inaugurado en el 2006 en Szombathely, en la frontera con Austria donde juega el Falco.

En el conjunto húngaro destaca el ala-pívot Juvonte Reddic con 15.4 puntos, 5.7 rebotes, seguido por el exjugador del Estudiantes Zoltan Perl con 13.4 puntos, 4.5 rebotes, 5.3 asistencias, mientras que por fuera brilla el tirador Marko Filipovity (11.6 puntos, 4.8 rebotes). No cuenta con grandes estrellas pero se ha consolidado. En Hungría domina la competición y en Europa acumula ahora tres victorias consecutivas. A su inmaculada trayectoria en casa se une la victoria que logró la última jornada en Salónica, la primera a domicilio.

Así que ahora Casademont y Falco empatan a cinco triunfos por lo que el triunfo, supondrá un importante paso adelante para el que lo consiga. Además, el averaje a favor del equipo aragonés es mínimo, un solo punto, por lo que una derrota supondría también, con casi toda probabilidad, perder el desempate. Europa está en juego y el Casademont no puede fallar más. Ya lo hizo en casa ante el Bonn y eso ahora le obliga a un esfuerzo extra fuera de casa. El primero, este miércoles en Hungría.