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i algo queda claro al echar la vista atrás y repasar la evolución del turismo en la provincia de Teruel es que ha pasado de ser un sector residual y apenas desarrollado a convertirse en uno de los motores económicos del territorio. Hoy puede decirse, incluso, que quiénes fueron referentes turísticos para todos ven ahora a Teruel como un modelo a seguir. Así lo he sentido yo en estos pocos meses en el cargo, así me lo han transmitido los técnicos de la institución y así lo ven todos los agentes turísticos, actores fundamentales sin cuyo trabajo y esfuerzo no hubiera sido posible este proceso.

LA PROVINCIA DE TERUEL ha contado siempre con una poderosa materia prima. Una gran extensión de territorio, en muchos casos casi virgen, donde el desarrollo industrial apenas ha afectado al paisaje y la tradición se ha mantenido con celo. Pueblos que han sabido conservar sus atractivos junto a una naturaleza que brinda experiencias impresionantes. Tan solo había que verlo, entenderlo y aprovecharlo.

Hay que reconocer la apuesta de las instituciones por crear puntos de interés turístico que han sabido aprovechar nuestras potencialidades. Ambiciosos proyectos que han propiciado que la provincia de Teruel sea un destino más que apetecible.

LA RESTAURACIÓN integral de Albarracín, Dinópolis, el complejo Motorland, el Museo Minero de Escucha, las diferentes actuaciones realizadas en el Matarraña, el desarrollo de las pistas de esquí de Valdelinares y Javalambre… Son los primeros ejemplos de muy diferentes proyectos que se han podido crear gracias a las diferentes instituciones: Gobierno de España, Gobierno de Aragón, Comunidad Europea, Diputación Provincial y ayuntamientos y comarcas.

LA APUESTA PÚBLICA ha servido de acicate para el desarrollo exponencial del sector privado, convirtiéndose en una de las actividades productivas más importantes de nuestra provincia. El interés y el apoyo político por el crecimiento turístico ha fomentado la inversión privada en el sector, pues ha sido entendido como un factor fundamental que ofrece estabilidad alrededor de un modelo de desarrollo.

LA IMPLICACIÓN de la población en el desarrollo o formación de destinos turísticos también ha sido fundamental. Lo que hace más de veinte años no era prioritario, ahora si lo es. Todos los municipios se esfuerzan por presentarse ante el visitante lo mejor posible. Se cuidan con el objetivo de ser considerados atractivos. No solo en lo estético, también como lugar acogedor. Estos esfuerzos han conseguido, de entrada, que Teruel sea la provincia de España con más representantes en la Asociación de Pueblos Bonitos, sumando siete y con otros tantos esforzándose para alcanzar ese reconocimiento.

OTRO DE LOS AVANCES que ha vivido nuestra provincia y que también ha ayudado mucho al turismo ha sido el desarrollo de la gastronomía y la potenciación de nuestros productos. El trabajo que han realizado las diferentes Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas para dar a conocer sus productos y enseñar a transformarlos, nos ha convertido en una potencia gastronómica que, además, puede presumir de destacados focos en los que degustar muy buena cocina.

EN DEFINITIVA, se puede decir que lo que caracteriza al espectacular avance del sector turístico turolense en estas últimas décadas es la colaboración público-privada. El trabajo conjunto ha conseguido que nuestra provincia sea todo un referente en el turismo nacional, con la Diputación de Teruel aunando fuerzas, llevando a cabo planes de formación y campañas de promoción bajo el paraguas común de una marca que hoy nos define: Siente Teruel.

PERO EL CAMINO no ha llegado a su fin. Queda mucho trabajo todavía por desarrollar. Tenemos mucho por conseguir en el futuro. Como alcanzar la sostenibilidad, una de las banderas que ya definen a nuestra provincia, comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde 2018. Tenemos que compaginar el aumento de los visitantes y las ofertas con un turismo responsable y de calidad. Calidad tanto de la oferta como de la demanda. Tenemos casos suficientes en nuestra geografía para darnos cuenta de que no por mucho correr se llega antes. El cuidado y la dedicación, con la vista puesta en el futuro, debe guiar el trabajo del día a día.

ECHANDO LA mira atrás y viéndolo con perspectiva, tenemos que estar orgullosos de la evolución de nuestra provincia como destino turístico. El trabajo realizado, que llama a sentir Teruel, nos tiene que empujar para mejorar cada día, para conseguir que los viajeros pasen de tener a nuestra provincia como un destino pendiente a preferente, con todos los actores implicados en la consecución de objetivos comunes.

LAS CIRCUNSTANCIAS que, por desgracia, nos acompañan en estos meses no nos tienen que hacer bajar los brazos sino todo lo contrario. Tenemos que salir de esta crisis más fortalecidos todavía. Porque contamos con los mimbres necesarios para seguir presentando a nuestra provincia, Teruel, como uno de los mejores destinos del interior de España. T