El Renault 5 Prototype fue la gran sorpresa de la presentación de ‘Renaulution‘, el plan estratégico bajo el cual el Grupo Renault, conformado por la firma del rombo, Alpine, Dacia y Lada, quiere mejorar su rentabilidad centrándose en el valor de cada unidad y no en el volumen de ventas. Luca de Meo, consejero delegado del consorcio, lo mostró al mundo antes de ceder el testigo a los encargados de las otras marcas para realizar su propia presentación.

Basado en la plataforma CMF de la Alianza Renaut-Nissan-Mitsubishi abanderará una ofensiva eléctrica para la marca Renault que culminará, según la misma compañía, con el “mix de producto más verde de Europa” en 2025. Llegarán 14 vehículos para ese año, siete de los cuales serán eléctricos y también siete serán del segmento C y D. Todos tendrán versiones o eléctricas o híbridas. Gracias al éxito del compacto eléctrico Zoe, Renault es el líder europeo en el mercado de eléctricos con más de 300.000 unidades vendidas, posición que, pese al incremento constante del número de rivales, no pretende abandonar próximamente.

Para ello, además de crear la fábrica de eléctricos más grande de Europa, la compañía lanzará una nueva oleada de productos enmarcados a ese objetivo. El Renault 5 Prototype será uno de los primeros, un modelo 100% eléctrico que ha generado mucha expectación por su diseño, inspirado en el Renault 5, R-5 para los amigos, de la década de los 70, y por la promesa de que será asequible o, al menos, más de lo que son ahora los eléctricos. Medios franceses han especulado con que también sea posible una resurrección del Renault 4, pero de momento el único confirmado es el nuevo Renault 5, presentado en forma de prototipo.

El retorno de un iconoEvocar sentimientos, interpelar al pasado y reinterpretarlo suele ser, si se hace de forma correcta, sinónimo de éxito. La nostalgia y la creencia de que ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’ juegan un papel clave, pero lo cierto es que el Renault 5 Prototype es una puerta al futuro, con la electrificación por bandera y la descarbonización como objetivo final de una industria cambiante que se encuentra en plena transformación y cambio de paradigma. La movilidad se está centrando en su premisa más básica, ir del punto ‘A’ al ‘B’ del modo más eficiente posible, pero los verdaderamente apasionados de las cuatro ruedas todavía le dan mucha importancia a la pasión y a los sentimientos. El R5 Prototype se amolda a la realidad de la industria sin renunciar a la vertiente más sentimental con una mezcla de sostenibilidad gracias a su propulsión eléctrica y a un diseño que actualiza uno de los vehículos más populares de la historia.

El R-5 nacía en 1972 de la pluma de Michel Boué, que lo dibujó a partir del Renault 4 en apenas dos días. La intención de Renault era emular el éxito comercial de vehículos pequeños como el Mini o el Fiat 500 ofreciendo un vehículo apto para el día a día, capaz de alojar a cuatro ocupantes y sus equipajes, una misión nada sencilla. Pese a lo complicado de su cometido, el R-5 fue uno de esos vehículos que contribuyeron a la democratización del automóvil en Europa y otros mercados internacionales. Producido en Francia, en España (Valladolid primero y Palencia en su segunda generación), Venezuela, Irán, México y Eslovenia, en total se ensamblaron 5,5 millones de unidades del vehículo.

Avalado por un diseño simpático y atractivo, se caracterizó por un motor situado en posición longitudinal, algo que contribuía a mejorar la distribución de pesos, y por un precio accesible. Tal fue su impacto que toda una leyenda como Carlos Sainz dio sus primeros pasos en el mundo del rali con un derivado del R-5 TS, con un motor de 1.3 litros y 64 CV de potencia. Lanzado al principio con una carrocería de tres puertas, Renault finalmente lanzaría la versión de cinco puertas en 1979. Antes de la llegada del Supercinco, como se conoció su segunda generación, se lanzarían variantes aún más deportivas llamadas Alpine Copa, con un motor de 1.4 litros y 93 CV; y Alpine Turbo, con el mismo propulsor equipado con un turbo, que le permitía alcanzar 110 CV. En 1978 llegaría incluso una versión automática con una transmisión de tres velocidades.

Ya consagrado en el mercado, el abuelo del Clio vio como Renault desarrollaba una segunda generación, a la que llamó Supercinco y que se comercializó entre los años 1984 y 1996 sustituyendo directamente al R-5. Estéticamente bebía de su predecesor, aunque fue algo más largo, alcanzaba los 3,59 metros, y más bajo, su altura fue de 1,39 metros. Mantenía las características que hicieron exitoso al R-5y se produjo en Francia, Bélgica, España, Portugal, Venezuela y Eslovenia. En su primer año se ensamblaron 500.000 unidades. Dejó en herencia, al final de su vida, un total de 22 versiones y 35 ediciones limitadas. Fue diseñado por Marcello Gandini, que se dedicó a adoptar el aclamado diseño del R-5 y adaptarlo a las necesidades del mercado. Sus opciones de motor, situado en posición transversal, fueron desde un 0.9 litros de 42 CV hasta un 1.4 litros turbo de 120 CV de la versión GT Turbo.

Democratizar el coche eléctricoEl Renault 5 Prototype nace con una misión similar, aunque modernizada, a la que tuvo el R-5, democratizar el coche eléctrico, la de ofrecer un vehículo eléctrico para hasta cinco pasajeros y sus equipajes por un precio popular. Se desconocen todavía detalles como su mecánica, su batería, su autonomía, su diseño interior y demás, que Renault anunciará en el futuro, pero su diseño está marcadamente basado en el R-5.

Diseñado esta vez a partir de los trazos de Gilles Vidal, que fichó por Renault dejando el Grupo PSA el año pasado tras la llegada de Luca de Meo al timón del consorcio francés, tiene rasgos inconfundibles, como sus grupos ópticos rectangulares y una parrilla finísima bajo un logotipo que también ha sido rediseñado y recuerda, de nuevo actualizado, al que portaron el R-5 y el Supercinco. La trasera conserva la forma clásica de sus abuelos y sus grupos ópticos traseros son idénticos a los del clásico, aunque ahora con tecnología LED y una banda iluminada que cruza la trasera para unirlos con el logotipo de Renault bajo un enorme ‘5‘ también iluminados para nombrar el modelo. El nuevo R5 rescata incluso la toma de aire del capó, ahora convertida en toma de carga para su batería. El color amarillo con el que fue presentado le otorga un carácter juvenil y desenfadado. Las llantas son un ejercicio de imaginación futurista.

La revolución ha llegado a Renault, una ‘Renaulution‘ que buscará rentabilizar una marca que ha sufrido mucho durante la último lustro, con varios ejercicios cerrados en rojo, un terremoto directivo protagonizado por Carlos Ghosn, su expresidente, y una pandemia que ha puesto la puntilla. Con esperanzas renovadas, miran al pasado para recuperarse y continuar con el objetivo de no dejar de ser lo que ya son, los líderes del segmento eléctrico.