En 1997 se escuchó por primera vez hablar de violencia doméstica públicamente. Fue una valiente Ana Orantes la que denunció en Canal Sur Televisión el maltrato que sufría por parte de su marido. No habló de violencia de género, pero sí de los 40 años de malos tratos y humillación que sufrió por parte de su esposo, José Parejo. Tan solo 15 días después de contarlo todo ante las cámaras, la granadina Ana Orantes fue quemada viva por su exmarido. Este testimonio puso en la agenda de los medios de comunicación un asunto que antes había quedado en el ámbito doméstico, aunque existía ya un movimiento social que exigía medidas para proteger a estas mujeres. Tres semanas antes de que Parejo acabase con la vida de Orantes se conmemoró por primera vez en España el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer. Los Juzgados de la plaza Castilla de Madrid se rodearon con siluetas de cadáveres, una por cada víctima asesinada.

Orantes puso palabras a lo que otras muchas mujeres sufrían y no se atrevían a contar, e hizo consciente a la sociedad de esta lacra. El caso conmocionó al país y promovió los cambios legislativos que hoy favorecen la lucha contra la violencia de género.

En la década de los 90 no se contabilizaban las muertes por violencia de género igual que ahora. Mucho menos había un término para referirse a este tipo de ataques físicos y psicológicos. En los medios de comunicación se trataban estas muertes como crímenes pasionales. No existían las órdenes de protección de víctimas y las medidas de alejamiento eran excepcionales. Conseguir el divorcio no era tarea fácil y muchos de los familiares perpetuaban las situaciones de violencia en el seno familiar. De hecho, un informe del Defensor del Pueblo respondía a una queja de la Asociación de Dones de Mallorca en 1998 que decía que un año antes el 98% de las 91 asesinadas había denunciado y estaba divorciada o en fase de divorcio. También que casi un 20% de los españoles aseguraba conocer algún caso entre familiares y conocidos y que «la sociedad tiende a disculpar el maltrato a la mujer». El estudio se titulaba La violencia doméstica contra las mujeres.

El cambio legislativo empezó en 1999 con una revisión del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. También se introdujo la violencia psicológica como delito, las órdenes de alejamiento como pena accesoria y la persecución de oficio de los malos tratos. Las medidas para tratar los casos se ampliaron y en el 2003 se regularon las órdenes de protección.

REGISTROS OFICIALES DESDE EL 2003

Todo ello culminó poco después, en diciembre del 2004, con la aprobación de la Ley Contra la Violencia de Género, siete años después del asesinato de Ana Orantes. Fue la primera norma de este tipo aprobada en Europa. Ya desde el 2003 hay registros oficiales vinculados a estas agresiones pero es difícil tener una idea clara de las muertes totales por violencia de género en España anteriores a este periodo. En Aragón, desde el 2003 han sido asesinadas por sus maridos 28 mujeres. Desde agosto del 2015 también se reconoce como víctimas directas a los hijos de aquellas mujeres que sufren violencia de género. Desde entonces, en Aragón han sido 6 los menores asesinados.

Según datos del Consejo General del Poder Judicial, desde el 2007, en Aragón han denunciado 41.486 mujeres por violencia de género, mientras que solo se han dictado un total de 9.820 órdenes de protección. Entre los mecanismos para proteger a estas mujeres y a los maltratadores destaca el mecanismo Atenpro (un servicio telefónico de atención y protección a víctimas basado en la telefonía y la telelocalización) o pulseras antimaltratadores. En Aragón, desde el 2010 han utilizado AtenPro 1.426 mujeres y se han activado 190 dispositivos de seguimiento.

Para evitar que se perpetúe esta lacra y evitar los asesinatos también existe el teléfono de atención del Instituto Aragonés de la Mujer para emergencias de malos tratos 900 504 405 o 016 (para toda España). El primero es un teléfono gratuito que funciona 24 horas al día, siete días a la semana y es único para todo Aragón. Atiende y deriva tanto las llamadas que requieren apoyo psicológico, asesoramiento legal o la intervención de la policía o la guardia civil, etc... como las que solicitan información relacionada con la violencia contra las mujeres. Este número ha recibido 77.219 llamadas desde 1999 (50.492 desde el 2007). El 016 en Aragón suma 17.226 llamadas desde el 2007.

En Aragón también se trabaja a través de casas de acogida y centros alternativos que sirven de residencia temporal. Existe uno en cada provincia para mujeres y descendientes cuando han tenido que abandonar el domicilio y carecen de medios propios. También existen centros de emergencia que actúan de espacios de seguridad física y emocional ante una situación de riesgo inminente para estas mujeres y los menores a su cargo.

Por otra parte, los servicios sociales comarcales y el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) proporcionan atención psicológica, social y jurídica a las mujeres y a sus hijas e hijos; además de educadores familiares y convenios con los diferentes ayuntamientos. También están operativos los puntos de encuentro familiares.

Según las estadísticas del Ministerio del Interior son 1.655 los casos activos de violencia que son objeto de seguimiento especial por parte de las fuerzas del orden. De estos, 267 se dan en Huesca, 124 en Teruel y 1.264 en Zaragoza. Estos datos están recogidos en el Sistema de Seguimiento de Violencia de Género (VioGén) a fecha 31 de enero del 2020, que determina también que 15.124 se encuentran inactivos, es decir que temporalmente y por distintas circunstancias no es preciso que reciban atención posllical, si bien existe riesgo de que puedan reactivarse en cualquier momento.

Los casos activos se subdividen en nivel de riesgo: no apreciado (854), bajo (654), medio (140), alto (7) y extremo (0). Desde noviembre del 2019 han descendido en 32 los casos activos, pero han aumentado en dos los casos de riesgo alto. En marzo del 2019 entró en vigor un nuevo protocolo para la valoración policial del nivel de riesgo de la violencia, que hace que las estadísticas cambien radicalmente. Así, en Aragón se han valorado 738 caso siendo 131 de riesgo medio, 99 alto y 23 extremo. De los 738 casos valorados conforme instrucción, 418 tienen menores a su cargo. De todos ellos, 23 son casos con hijos en situación de riesgo.

El mismo informe con las cifras de VioGén detalla que 15.333 mujeres son consideradas víctimas de violencia sexista, todas ellas residentes en Aragón y de todas las edades y nacionalidades.

Desde 1990 las medidas y la conciencia social ha permitido que mejoren los sistemas de denuncia y control pero la lacra de violencia de género sigue terminando con la vida de mujeres a manos de sus maridos.