Aunque la práctica deportiva se ha extendido a toda la sociedad y son muchas las mujeres que lo hacen en la actualidad, la presencia femenina en el deporte profesional es todavía muy escasa. De hecho, aunque chicos y chicas compiten por igual en la etapa escolar, el número de mujeres que practican algún deporte de competición se reduce al llegar a la edad adulta. En el 2018 eran 140.727 las licencias federadas en la comunidad aragonesa, pero solo el 21,33% eran de mujeres. Desde el Gobierno de Aragón no hay registro de la actividad femenina hace 30 años, pero se está trabajando en un plan para aumentar la presencia de mujeres entre el número de deportistas federados. Para ello se está realizando un diagnóstico para revertir la desigualdad en el sector. Esta iniciativa está enmarcada dentro del desarrollo de la Ley de la Actividad Física y el Deporte, aprobada a final de la legislatura anterior.

En deportes como el fútbol la diferencia es todavía abismal, y se puede considerar que la incorporación de la mujer está lejos de ser igualitaria. De las 31.858 licencias federadas que había en el 2018, solo una ínfima parte eran femeninas, el 4,37% (1.393). En otros deportes también prima la presencia masculina, pero las distancias parecen acortarse: son el baloncesto, el atletismo, la natación o el montañismo/escalada donde las mujeres casi igualan en presencia a los hombres, y alcanzan cuotas del 44,52%, 47%, 47% y 33% respectivamente. En cambio, en otras modalidades como la gimnasia, el patinaje, el voleibol o la hípica el sexo femenino predomina sobre el masculino. En el primero, las mujeres superan el 93%, mientras que en patinaje pasan del 87%. En voleibol el 79% de los federados son mujeres y en hípica son casi el 69%. Estos porcentajes prueban que todavía existe una tendencia a relacionar la práctica de determinados deportes con ser hombre o mujer.

POCAS ENTRENADORAS

Las estadísticas no muestran un escenario más esperanzador en cuanto a igualdad en técnicos deportivos. Según datos del 'Anuario de Estadística Deportiva del 2017', en España, más del 75% de los entrenadores federados son hombres. En Aragón el número es bastante inferior ya que son 736 (18,56%) las federadas de los 3.964 técnicos en las federaciones. El mismo informe nacional revela que a las mujeres también les cuesta más trabajo encontrar empleo vinculado al deporte que a los hombres, aunque la desigualdad no es tan grande como en otros indicadores. Por ejemplo, las mujeres suponen el 42% de las empleadas en las empresas dedicadas a actividades deportivas, tales como la gestión de instalaciones, las actividades de los clubs y gimnasios, la fabricación de artículos de deporte, así como el que se corresponde con las ocupaciones de deportistas, entrenadores o instructores deportivos.

Más allá de los porcentajes, en Aragón sí que hay mujeres deportistas de éxito con nombre propio. Una de las primeras aragonesas destacadas en los años 90 fue la jacetana Ana Galindo, esquiadora que participó en la Copa del Mundo de Esquí --logró dos cuartas plazas en Soelden en 1997 y en Are en 1998— y en dos Juegos Olímpicos. También de la década de los 90 destaca Luisa Larraga, atleta aragonesa especializada en carreras de fondo y medio fondo, que fue internacional con el equipo nacional español 31 veces desde el 96 hasta el 2006. Ostenta el oro del maratón de Valencia y el bronce por equipos en el Campeonato del Mundo de Medio Maratón en 1998. En montaña empezaba a despuntar por aquel entonces la alpinista Marta Alejandre, que en el 2008 y en el 2009 se convertiría en la única aragonesa que ha logrado subir dos ochomiles.

En deportes minoritarios, la deportista más laureada y todo un referente es Sheila Herrero. La patinadora es 15 veces campeona mundial de patinaje de velocidad y atesora casi un centenar de medallas entre campeonatos de Europa y del mundo. También las hermanas Sánchez Alayeto, las gemelas atomikas, varias veces campeonas del mundo en pádel y que en la actualidad ocupan la primera posición en el ránking World Padel Tour.

En baloncesto destaca Cristina Ouviña, que es internacional absoluta con la selección española desde el 2012 y campeona de Europa en el 2013 y 2019.

PERALES Y MARTÍNEZ, REFERENTES

Pero los grandes nombres del deporte aragonés femenino que han marcado un antes y un después en la historia de España han sido la nadadora paralímpica Teresa Perales y la tenista Conchita Martínez. Perales ganó 26 medallas en los Juegos Paralímpicos de Verano entre los años 2000 y 2016 y consiguió 22 medallas en el Campeonato Mundial de Natación Adaptada entre 1998 y 2019. En el 2012 fue la abanderada de la delegación española en la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos de Londres.

Pioneras también ha tenido Aragón en tenis. La montisonense Conchita Martínez fue la primera española en ganar en Wimbledon (1994). Antes solo lo había hecho Manolo Santana en la categoría masculina. Logró tres medallas en tres juegos olímpicos distintos y con la selección nacional ganó cinco títulos de Copa Federación y cinco subcampeonatos. Además, fue la primera mujer en convertirse en capitana del equipo masculino de Copa Davis.

A ellas se suman otras muchas deportistas, que bien ya tienen un gran palmarés o vienen pisando fuerte: la atleta Isabel Macías, la nadadora con discapacidad María Delgado, la saltadora Alicia Raso, la baloncestista Zoe Hernández, la tenista Marta Falceto, la ciclista Adriana Domínguez, la nadadora María Sancho, la tiradora de arco Claudia Ferrández, la patinadora Nerea Langa, la karateka Raquel Roy, la escaladora Rebeca Pérez, la futbolista y atleta Salma Paralluelo, las futbolistas Silvia Meseguer y Mapi León, y la jugadora de hockey hierba Begoña García, entre otras