Las instituciones aragonesas se han abierto a las mujeres al igual que lo han hecho otros ámbitos de la vida. No es de extrañar que el género femenino haya aumentado su representación en la vida política, tanto en los partidos como en las instituciones, pero la estadística todavía muestra diferencias.

La clave para entender el fenómeno es valorar si las que han llegado hasta la administración pública o a ser altos cargos en sus partidos lo han sido porque las han colocado a dedo otros hombres, bien por afinidad o bien para cumplir con las cuotas, o porque ellas mismas han tenido poder orgánico para decir quién iba en las listas. Más allá de las cifras importan los nombres propios.

Solo el Partido Popular ha contado con una mujer de armas tomar. Luisa Fernanda Rudi (2008-2017) ha sido la mujer que más poder ha ostentado políticamente en Aragón. Ha sido presidenta del PP autonómico, del Gobierno aragonés, alcaldesa de Zaragoza, además de otros muchos cargos nacionales. También en CHA o en IU ha habido mujeres con poder, fueron Nieves Ibeas (2008-2012) y Patricia Luquin (2013-2017).

Las elecciones del 2011 fueron clave para el sexo femenino en la política aragonesa, fue cuando más mujeres que hombres encabezaron las candidaturas a presidir el Gobierno de Aragón: Luisa Fernanda Rudi (PP), Eva Almunia (PSOE) y Nieves Ibeas (CHA), frente a José Ángel Biel (PAR) y Adolfo Barrena (IU). En el 2015 serían Rudi, Susana Gaspar (Ciudadanos) y Patricia Luquin (IU), pero no eran mayoría, ya que se presentaban también Javier Lambán (PSOE), Pablo Echenique (Podemos), Arturo Aliaga (PAR), y José Luis Soro (CHA).

Solo consiguió ser presidenta Luisa Fernanda Rudi, que lo fue en la VIII Legislatura (2011-2015). Antes pasaron siete gobiernos en los que la presencia femenina fue aumentando poco a poco. La primera legislatura estuvo caracterizada por la ausencia del género femenino en las consejerías, mientras que en la segunda solo hubo una, la consejera de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo, Ana María Cortés (PAR). En la siguiente también sería una mujer la que ostentaría una cartera, Blanca Blasco Nogués (PAR), pero en este caso en Cultura y en Educación; un cargo que al parecer casi siempre ha estado reservado al sexo femenino. Pilar de la Vega (PSOE) la sustituiría tras una moción de censura al aragonesista Emilio Eiroa, que a su vez sería reemplazada en el cargo por la socialista Ángela Abós. La independiente María Luisa Alejos-Pita o Eva Almunia (PSOE) son otros de los nombres que gestionaron la educación hasta el cambio de milenio.

A mediados de los 2000 se produjo un punto de inflexión y se pudo ver a más mujeres en las consejerías de la comunidad. En el 2007 fueron cuatro las consejeras nombradas desde el inicio. Muchas lo fueron durante varias legislaturas porque la rotación de nombres ha sido siempre muy baja entre las mujeres.

«Este cambio se ve influenciado por la presión que supuso el Gobierno paritario de Zapatero en el 2004 con 8 hombres y 8 mujeres, y su continuidad en la legislatura del 2011. El mismo año 2007 se aprobó la Ley de paridad en el Congreso de los Diputados Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, que imponía la cuota electoral impuesta en nuestro país (60%-40%) en tramos de cinco en cinco», explica la politóloga Carmen Lumbierres.

EL SEXTO PARLAMENTO MÁS PARITARIO

Casi siempre las mujeres han estado vinculadas a Sanidad, Servicios Sociales, Educación o Universidad. La excepción llegó con Marta Gastón en la legislatura 2015-2019 con el Ejecutivo de Javier Lambán, que alcanzó la cartera de Economía, Industria y Empleo y que ahora mantiene sin Industria. Eva Almunia o Mayte Pérez han sido las únicas mujeres en alcanzar la Consejería de Presidencia.

La conclusión es clara: a las mujeres se les ha dado un puesto por cuota pero casi ninguna ha estado destinada en consejerías de responsabilidad y de toma de decisiones, a excepción de Luisa Fernanda Rudi, Eva Almunia - por muy poco tiempo, antes de ir a Madrid como Secretaria de Estado-- y Mayte Pérez en la actualidad.

Las Cortes de Aragón son un ejemplo de cómo las mujeres han ido aumentado en número pero también en cargos de poder. En la primera legislatura (1983), que estuvo formada por 66 diputados, solo tres fueron las mujeres en constitutiva (4,55%) y cuatro en el total de la legislatura. Hasta el cuarto mandato la representación fue muy baja y estuvo entre las tres y seis diputadas en la sesión constitutiva -1 solo en la segunda legislatura--.

En 1999, con la formación de las V Cortes de Aragón, las mujeres ya contaban 20 escaños en sesión constitutiva y ya representaban casi el 30% de la cámara. El número se mantuvo más o menos similar hasta el 2015, con la constitución de la IX legislatura, cuando más allá de superar el 45% de representatividad femenina, el de Aragón se convirtió en el único Parlamento autonómico en cuyos órganos de gobierno las mujeres sumaban mayoría frente a los hombres. En la Mesa, la presidenta era la podemista Violeta Barba (primera presidenta de las Cortes) y las secretarias Yolanda Vallés (PP) y Julia Vicente (PSOE), que eran mayoría frente a los vicepresidentes Antonio Torres (PP) y Florencio García (PSOE).

En la Junta de Portavoces, las mujeres también eran mayoría la legislatura pasada. Estaba formada por Mar Vaquero (PP), Maru Díaz (Podemos), Susana Gaspar (Ciudadanos) y un grupo mixto compuesto por Patricia Luquin (IU) y Gregorio Briz (CHA). Cuatro mujeres frente a tres hombres (a Briz hay que sumar Javier Sada, del PSOE, y Arturo Aliaga, portavoz del PAR).

En la actualidad, las mujeres rozan el 48% en la composición de la Cámara y el Parlamento aragonés es el sexto más paritario de España, por debajo de comunidades como Extremadura, Baleares, Navarra, País Vasco o Asturias. Queda por ver si las mujeres recuperan su presencia al frente de los partidos y alguna vuelve a liderar esta comunidad.