Casi cuatro de cada diez pacientes de coronavirus que ingresó en las unidades de cuidados intensivos (uci) de Aragón falleció en estas unidades al no poder superar la enfermedad o sus dañinas secuelas. Según el informe de Salud Pública del Gobierno de Aragón sobre la situación de la pandemia en la comunidad, a fecha de 26 de junio, el 38,9% de los pacientes ingresados en las ucis aragonesas no pudo recuperarse. Una cifra que supera la mortalidad media de los procesos infecciosos graves en cuidados intensivos, que ronda el 25%. Después de más de tres meses de pandemia, hoy solo quedan tres pacientes ingresados en estas unidades en todo Aragón, dos en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, y uno en el hospital de Barbastro.

El doctor Andrés Carrillo, jefe del servicio de Medicina Intensiva del Servet, reconoce que «la mortalidad de la uci es un dato muy crudo». Por eso, él prefiere señalar que «hemos salvado a dos de cada tres pacientes de una muerte segura». Ya que recuerda que «si no fuera por los recursos de que disponemos en estas unidades, estos pacientes no se podrían salvar».

Además, señala que durante las semanas más duras de la epidemia, llegaban a las ucis los casos «muy graves», ya que se dispusieron otras camas de hospitalización intermedia, con los profesionales y dispositivos propios de la uci, «en coordinación con los especialistas en neumología y los intensivistas», que no eran camas uci, pero funcionaban como tal. Eso permitió «destinar las ucis a los pacientes que más lo necesitaban», aunque ello haya podido influir en que su recuperación fuera más difícil. Según el informe de Salud Pública, el 48,1% de los enfermos que ingresaron en uci ya están en su domicilio, y algo más del 8% siguen ingresados en camas convencionales.

El doctor Carrillo recuerda que «a veces el daño que genera el coronavirus es más mortal que la enfermedad». De hecho, los dos últimos pacientes de covid-19 en la uci del Servet, tras más de 60 días ingresados, se han curado del virus, pero no de sus secuelas. Carrillo recuerda que el virus «es un proceso muy mortal; esto no ha sido una gripe». «Toda la humanidad se ha puesto en jaque por un virus, sin distinción de países, razas, ni situación económica. Por eso me preocupan algunos comportamientos que veo en la calle», reflexiona.

MÁS PREPARADOS

Sin embargo, subraya que «la mayoría de la sociedad es consciente del riesgo y prudente, y ha sabido estar a la altura». Por eso, asegura que «a los sanitarios nos ha salvado que la gente se quedara en casa y cumpliera el aislamiento a rajatabla, porque cuando llegamos al máximo de nuestros recursos, dando mucho más del 100%, empezó a bajar la curva y tampoco había otro tipo de ingresos».

Hoy en día, las ucis reservan un 25% de plazas ante un hipotético repunte, pero el jefe de las ucis del Servet defiende que «hay que volver a vivir y aprender a convivir con el virus». «Los medios de protección, la capacidad diagnóstica y de detectar focos nos ayudará a que, si viene otra ola, no sea como la primera», auguró. «No tenemos que estar aislados por si acaso y renunciar a una parte tan importante del ser humano como es la relación con los demás», aseveró. Por eso, también en las ucis, en este tiempo sin ingresos por covid-19 trabajarán para «seguir humanizando el trato a los pacientes» y hacerles llegar el calor de los suyos, incluso a través del traje de protección.

NUEVOS REBROTES

El sector de Barbastro aglutina los positivos

Los últimos brotes de coronavirus de la comunidad se diferencian de la primera etapa de la pandemia en que la mayoría de los casos son asintomáticos o leves, están localizados en el sector sanitario de Barbastro y se han detectado en población más joven. Atención Primaria aglutinaba, hasta el 22 de junio (último dato disponible) en el sector sanitario de Barbastro (referencia de las comarcas afectadas por los brotes), unos 150 episodios relacionados con covid-19, mientras en el resto de sectores sanitarios la actividad fue nula. Además, las gráficas de edad demuestran que este último episodio localizado en el este de Aragón afecta a población más joven. En los últimos días, el grupo de edad de 15 a 64 años tiene una tasa de 10 por 100.000 habitantes en episodios de covid-19 seguidos en Atención Primaria, mientras que entre los mayores de 65 años, apenas se ha registrado ningún episodio.