De los aplausos a los insultos y, en ocasiones, a las agresiones. Así se podría resumir el cambio de actitud que ha provocado la pandemia en el comportamiento de muchos españoles hacia la profesión médica. Y es que el Ministerio del Interior ha registrado 962 victimizaciones a sanitarios entre enero y noviembre de 2020, un 32% más que en el mismo periodo del año anterior y un 52% más que en los dos últimos años, según el balance difundido este viernes, Día europeo contra esta lacra, por los sindicatos CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) y CESM (Confederación Estatal de Sindicatos Médicos).

Y la cifra de insultos, amenazas y agresiones podría ser mucho más abultada, puesto que la estadística incluye los datos recabados por varios cuerpos de seguridad pero no los incidentes sucedidos en Catalunya y Euskadi. Aún así, la tendencia es clara y muestra una "subida generalizada", según CSIF, con seis comunidades autónomas donde las agresiones se han duplicado en 2020, llegando incluso a un incremento del 600% en Navarra.

El motivo del crecimiento, según denuncian ambos sindicatos, es la falta de recursos materiales y humanos, que se ha agudizado con la pandemia, con centros de salud desbordados, anulaciones de citas para pruebas y especialistas y retraso de muchas intervenciones quirúrgicas. "Y los profesionales sanitarios son, en última instancia, los destinatarios de la frustración", alertan desde CESM.

En primera persona

Uno de estos trabajadores agredidos es Miguel Ángel González, médico de urgencias en el hospital Virgen de la Salud, en Toledo, quien recientemente descubrió que un paciente simulaba tener una patología muy grave "por un problema personal" y cuando lo averiguó el presunto enfermo se "abalanzó" sobre él, causándole lesiones a él y a la enfermera que le ayudó. "Estos casos son extremos y los que salen en los medios de comunicación, pero me gustaría recordar las agresiones diarias que tenemos cuando los pacientes no están contentos con las citaciones que les damos ... porque saben que se anulan, o son tardías, y muchas veces muestran su descontento con insultos o amenazas", señala.

Además, también son muchos los familiares que muestran agresividad debido a que no tienen información ni pueden acompañar a sus allegados si sufren covid, algo que no sucedía antes de la pandemia y que también genera mucha frustración y preocupación, según ha explicado el médico de urgencias en una rueda de prensa, acompañado por Fernando Hontangas, responsable de Sanidad de Csif.

Más insultos

Los datos muestran que el tipo de agresiones hacia los sanitarios ha cambiado en el último año. Ahora, hay más insultos, debido a que muchas consultas se prestan a través del teléfono, y menos agresiones físicas. De hecho, los incidentes comunicados a los 52 Colegios de Médicos de España y presentados también este viernes por la Organización Médica Colegial (OMC) indican que los insultos han crecido 10 puntos, hasta el 48% de los episodios informados, respecto a los datos de 2019, mientras que las amenazas han caído del 50% al 42% y las lesiones del 12% al 10%.

En resumen, el 56% de las agresiones han sido no físicas en 2020, al contrario que en 2019, cuando el 57% fueron físicas. Aún así, el 17% de las víctimas han requerido baja laboral, dos puntos más que en año anterior, lo que podría indicar que se han producido menos lesiones pero estas han sido más graves.

Los datos del Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC, que se puso en marcha hace justo 10 años cuando María Eugenia Moreno, residente en un centro de salud de Murcia, fue asesinada por un paciente, recogen 441 incidentes violentos en 2020, lo que supone un descenso del 35% con respecto a 2019. Si bien, ese año se recabó la cifra más alta de los últimos 10 años y además, debido a que durante el confinamiento muchos colegios de médicos estuvieron cerrados, quizá muchas agresiones no fueron comunicadas y por eso el dato es inferior al registrado por el Ministerio del Interior.

Atención Primaria

En cualquier caso, la estadística del Observatorio muestra que el 40% de las agresiones se producen por discrepancia con la atención médica recibida, un 11% por el tiempo en ser atendido y un 10% porque el médico no recetó lo que propuso el enfermo. Asimismo, el 52% de los incidentes se producen en Atención Primaria y en el 57% de los casos la víctima es una mujer.

Ante este problema en aumento, los profesionales sanitarios exigen más dotación de personal y recursos en el sistema, que los centros de salud estén dotados de vigilancia de seguridad y cambios normativos que endurezcan las sanciones, entre otras peticiones.