AmRest, la cadena de restauración que cuenta con marcas como La Tagliatella, KFC o Bacoa, ha tramitado un expediente de regulación temporal de empleo (erte) por causas productivas de la sociedad AmRest Tag, una de sus filiales en España, según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, la firma ha precisado que el erte da cobertura a un total de 55 empleados, lo que supone el 65% del total de la plantilla de la filial, mediante una combinación de suspensión temporal de contratos (38) y reducción de jornada (17).

AmRest presentó hace casi un mes un erte por causa de fuerza mayor para 3.666 empleados en España, tras el cierre de los 143 restaurantes tras decretarse el estado de alerta en el país para frenar la expansión del coronavirus. El expediente temporal daba cobertura a un total máximo de 3.666 trabajadores, que representan el 93% de su plantilla en España, y un 7,1% a nivel total.

La cadena de restauración también ha tomado una serie de medidas en materia de empleo en los países en los que opera. Así, en Francia, donde están cerrados el 86% de sus restaurantes de las marcas Sushi Shop, Pizza Hut, KFC y Tagliatella, se ha adaptado la decisión de una reducción general de jornada a un total de 4.669 empleados, que representa un 93% del total de la plantilla.

En Portugal, la firma ha suspendido de forma temporal la totalidad de los contratos laborales, afectando a un total de 68 empleados tras el cierre de los restaurantes que tiene en el país, mientras que en Polonia, donde tiene abiertos el 53% de sus establecimientos propios, se ha producido a una reducción de la jornada y salarios para 4.050 empleados, 44% de la plantilla.

El dueño de La Tagliatella y Bacoa ya había advertido hace unas semanas de que el cierre de sus restaurantes para frenar la expansión del coronavirus tendrá un impacto "significativo" en sus cuentas de 2020.

La multinacional precisó que cuenta con una sólida posición financiera, con una caja disponible de 134 millones de euros, por lo que confiaba en ser capaz de hacer frente a cualquier perturbación del negocio, al tiempo que mantiene una estrecha comunicación con los bancos.