Todo el ocio nocturno de Aragón tuvo que echar ayer el cierre y los ciudadanos ya no pueden fumar por la calle si se incumple la distancia interpersonal de al menos dos metros. Las nuevas medidas para frenar el covid-19 anunciadas el viernes por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, entraron en vigor ayer por la tarde en la comunidad autónoma, tras su publicación en el Boletín Oficial de Aragón (BOA). Aragón ha estado, junto a Cantabria, Castilla y León o Galicia, entre las primeras comunidades en aplicar la nueva normativa. Y su incumplimiento conllevará las sanciones previstas en la Ley de Salud de Aragón, que van de 100 a 3.000 euros para infracciones leves; de 3.001 a 60.000 euros para las graves, y de 60.001 a 600.000 euros para las muy graves. Unas sanciones que podrán aplicarse para cualquiera de los preceptos de la nueva normativa que sea infringido, en función de la reiteración o las afecciones que su incumplimiento produzca en la salud pública. Una valoración que realizarán las autoridades competentes.

El Boletín Oficial de Aragón recoge las 11 medidas, tres recomendaciones y una indicación que el Ministerio de Sanidad propuso a las autonomías y dio a conocer a la opinión pública el viernes tras el Consejo Interterritorial de Salud. Algunas de ellas, como el cierre del ocio nocturno, la prohibición del botellón, la reducción de reuniones sociales a un máximo de 10 personas o las restricciones de las visitas a las residencias de mayores ya se venían aplicando en la comunidad autónoma, y de manera especial en las comarcas y ciudades que permanecen en fase 2.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, recordó ayer que uno de los motivos por lo que se adoptan estas restricciones es la necesidad de «tomar medidas homogéneas» en todo el país. En relación con la prohibición de fumar, señaló que «no es la más contundente» para frenar el virus ni está tan relacionada con la posibilidad de que el humo pueda favorecer su transmisión, sino con «evitar que una persona se quite la mascarilla cuando no guarda la distancia».

Con respecto a la hostelería, restauración y terrazas, se deberá garantizar la distancia mínima de 1,5 metros en la barra y esa misma distancia entre las mesas que, como máximo, podrán reunir a 10 personas. Se establece el cierre de los establecimientos a la una de la madrugada, pero no se podrá admitir a nuevos clientes desde medianoche. También los eventos multitudinarios deberán contar con el visto bueno de Sanidad.

En los centros sociosanitarios, se realizarán pruebas PCR a todos los nuevos ingresos con 72 horas de antelación como máximo, así como a los empleados que se reincorporen. Y como ya se estaba haciendo en Aragón, se limitan las visitas a una persona por residente durante máximo una hora al día. Unas medidas se podrán exceptuar en el caso de personas que se encuentren en proceso del final de la vida.

Además, la orden sanitaria prevé que se realicen cribados con PCR en grupos específicos, como barrios con transmisión comunitaria, centros educativos, bloques de viviendas afectadas o colectivos vulnerables. Por último, se recoge las recomendación de reducir los encuentros sociales fuera del grupo de convivencia estable y que estos se limiten a 10 personas.