La nueva normalidad, sea lo que suponga el término, ha llegado a tiempo para el verano. Después de meses encerrados, los aragoneses se preparan para unas vacaciones (los que puedan cogérselas) muy diferentes.

Se da una coyuntura este año muy distinta a la de veranos anteriores. Muchas personas se han quedado en paro, otras siguen de ERTE, otros teletrabajan y también los hay los que no cerrarán sus negocios en agosto porque quieren aprovechar las semanas perdidas durante marzo, abril y mayo. Todo se regirá por las circustancias de cada uno.

Entre los aragoneses que cuentan con una segunda residencia nos encontramos con Daniel Ferrer, de 27 años. Lleva veraneando durante toda su vida en Calafell, en la Costa Dorada (Tarragona) y este verano va a ser «como volver al verano de los 18».

«En años anteriores nos costaba coincidir a todos los amigos de la playa. Unos trabajaban o nos íbamos de vacaciones fuera de España. Pero este año nos vamos a volver a juntar todos y desde ya. Es junio y ya estamos todos aquí. Eso el año pasado era impensable», cuenta el joven.

En la zona los hosteleros tampoco saben cómo va a ser el verano. Suponen que los que cuentan con una casa en la zona acudirán, pero todo es, por el momento una incógnita.

En los pueblos la situación es similar. No han sido pocos los que han decidido, al estar sin trabajo por el coronavirus, marcharse a sus casas en el pueblo para pasar ahí los tres meses de estío.

En las agencias de viajes están notando ya el aumento de la demanda. Desde la de El Corte Inglés explican que las reservas «no son todavía muy elevadas», pero que poco a poco está aumentando.

Explican también que los aragoneses están optando sobre todo por el turismo nacional. Andalucía y el archipiélago balear son alguno de los destinos más demandados, aunque también los hay que este año escogen como opción el turismo rural.

En cuanto al tipo de establecimientos, desde la agencia de viajes de El Corte Inglés también explican que no se nota preferencia por ningún tipo de establecimiento. Se buscan tanto hoteles como apartamentos o apartahoteles.

La diferencia con respecto a años anteriores es, eso sí, que las políticas de cancelación son más permisivas, para evitar que la gente reniegue a contratar viajes por miedo a posibles rebrotes del covid-19.

Desde el Gobierno de Aragón explican que las perspectivas para el turismo en la comunidad son «buenas», aunque admiten que hay incertidumbre en el sector. «Hasta que no pase el verano y veamos las cifras no sabremos cómo ha ido», advierten fuentes de Turismo.

Aragón, eso sí, es junto a las dos Castillas, una de las comunidades más buscadas en internet. «Creemos que los aragoneses se van a mover más este año dentro de la comunidad», cuentan también desde la DGA.

Así pues, las vacaciones este año son para muchos una duda todavía por resolver. En lo que respecta a la estadística, los aragoneses gastamos en el tercer trimestre de pasado año 295 euros en viajes. Eso supone estar en el medio entre los que más gastan, que son los catalanes (371 euros por persona en el tercer trimestre de 2019) y los que menos, los andaluces (262 euros).

Con respecto a la duración media de los viajes, esta estuvo en los 6,38 días para los meses de julio, agosto y septiembre. Habrá que esperar para conocer cómo cambiará todo este año.