La situación de los sanitarios que atienden los centros de salud es_«insostenible», según denuncian los profesionales que se encargan de atender a los pacientes en medio de esta crisis provocada por el coronavirus. «Estamos saturados, quemados y enfadados con la administración», claman, sobre todo al considerar que los refuerzos que se les prometen constantemente nunca se acaban de materializar. Y advierten que el hartazgo todavía es mayor en las zonas rurales.

Los médicos de familia lanzaron ayer un comunicado para denunciar las carencias con las que prestan su labor y recordar que los centros de salud no están cerrados, sino que siguen «trabajando aún más que habitualmente»._El colectivo, avalado por el Colegio de Médicos de Zaragoza, pide además responsabilidad al cuerpo directivo del Servicio Aragonés de Salud por «la falta de decisiones políticas y permitir el abandono creciente y la gravísima situación» de la Atención Primaria.

En primera persona está viviendo estos problemas una de las médicos del centro de salud del Arrabal de Zaragoza, Montse León. «No se ha hecho ningún esfuerzo para explicar lo que estamos haciendo, y eso nos debilita mucho», explicó en referencia al aumento de la agresividad que han notado por parte de los pacientes. «La plantilla está exhausta», insistió al recordad que, con sus propios medios, han tenido que habilitar atención telefónica o circuitos diferenciados para los usuarios.

Entre otras muchas medidas piden que se dedique a la atención primaria el porcentaje del presupuesto en Sanidad que le corresponde y que, de acuerdo con el Plan de Salud de Aragón 2030 y recomendaciones de la OMS, debe ser de «al menos un 25 %», mientras que en el 2016 solo fue «del 11,6 %».

ZONAS RURALES / Con el objetivo de asegurar un relevo generacional y que existen doctores atendiendo zonas rurales reclaman, además, garantizar la cobertura de todas las plazas disponibles, tanto las generadas durante la pandemia como las anteriores «de forma transparente y mediante contratos estables y de calidad».

«Hacen falta cambios estructurales, pues no entendemos que después da hacer muchas horas extra durante la pandemia y de predicar en el desierto ahora se nos pague aún con más exigencia», consideró la médico de familia del Arrabal de Zaragoza, Isabel Monreal.