El escándalo político crece en Brasil al ritmo de los contagios de coronavirus. Durante una jornada en la que se reportaron 338 decesos, lo que eleva a 4543 la cantidad de muertos, y casi 67.000 contagiados, el Tribunal Supremo Federal (STF) autorizó a través de uno de sus integrantes, Celso de Mello, la apertura de una investigación relacionada con los presuntos intentos del presidente Jair Bolsonaro de interferir las tareas de la Policía Federal (PF) para proteger a sus hijos. Al abandonar el Gobierno de ultraderecha, el exministro de Justicia, Sergio Moro, acusó a su exaliado de tratar de controlar la PF para su propio beneficio y del clan familiar: el senador Eduardo Bolsonaro, el diputado Flavio Bolsonaro y, en especial, el legislador municipal Carlos Bolsonaro, señalado como responsable de los equipos de hostigamiento y difamación de adversarios en las redes sociales.

En su solicitud para abrir una investigación, el fiscal general, Augusto Aras, quiere saber si Bolsonaro cometió un delito y también si Moro dijo la verdad. El STF debe pedirle a Moro que presente "la documentación adecuada" sobre las denuncias que ha formulado. Bolsonaro no se demoró en reaccionar ante la novedad y desafío a su ex ministro a "probar" sus acusaciones.

Un país dividido por el juicio político

El caso Moro ha estallado en momentos que los brasileños se muestran divididos sobre la conveniencia de iniciar un juicio político contra el presidente. De acuerdo con la consultora Datafolha, un 46% de los entrevistados se muestra a favor de ese proceso mientras que un 48% lo rechaza. Un 6% se muestra indeciso. Un 46% de los consultados aceptan por otra parte como posible salida a la crisis la dimisión del capitán retirado. A comienzos de mes ese reclamo abarcaba al 37% de los encuestados. Por ahora, un tercio de la población apoya al presidente. El mayor respaldo, consignó Datafolha, lo tiene de los sectores más ricos del país (40%).

El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Rodrigo Maia, descartó bajo las actuales circunstancias sanitarias un proceso contra Bolsonaro. Hasta ahora se presentaron en Diputados 29 peticiones de esa naturaleza en el Congreso. La "prioridad" del Parlamento, subrayó sin embargo Maia, debe ser el combate al nuevo coronavirus porque Brasil enfrenta una situación "preocupante y alarmante". Maia, quien se encuentra distanciado del mandatario, consideró que un eventual 'impeachment' debería ser "pensado y reflexionado con mucho cuidado", por lo que pidió "paciencia" y "equilibrio" para transitar la peor tempestad desde que asumió el Gobierno de ultraderecha a principios de 2019.

Tiempo perdido

La pandemia y los asuntos de Gobierno entrarán en mayo en una fase inquietante. "El país desperdició todas las oportunidades para evitar la tragedia que se avecina. Peor aún, está en la oscuridad", dijo la revista Carta Capital sobre el aumento de las muertes y contagios. Las cifras que divulga el ministerio de Salud, señalan otros medios y especialistas, no dan cuenta de la gravedad. Algunas universidades calculan que hay que multiplicar por diez la cantidad de casos positivos.

En este contexto arrecian las críticas contra el capitán retirado. "El engaño absolutista estándar de Bolsonaro fue consagrado esta semana con la ya famosa frase que cantó frente a su palacio, autoproyectándose como una especie de Rey Sol", dijo en su editorial la revista Istoé al comentar el grito del presidente "Yo soy la Constitución". Según la publicación, Bolsonaro corrigió a Luis XIV y su jactancioso "el Estado soy yo" para congratular a los "veneradores idiotas" del ultraderechista. Bolsonaro, añadió, "ya no tiene conexión con la realidad" y solo despliega "impulsos totalitarios".