El retroceso de Zaragoza, Huesca y la Comarca Central a la fase 2 «flexibilizada» ha tenido un efecto inmediato en los hoteles y casas rurales de Aragón, que están sufriendo «una avalancha» de cancelaciones. Desde el sector hablan de «ruina» y de consecuencias «muy duras» en lo que han llamado «la fase de los bares y los hoteles», ya que la orden emitida por el Gobierno de Aragón afecta directamente a ambos sectores, sobre todo al ocio nocturno que, directamente, no podrá abrir sus pistas de baile.

En la Asociación Profesional de Empresarios de Hoteles y Restaurantes (Horeca) no esconden su malestar. Tampoco en la Asociación de Cafés y Bares, que consideran que las medidas adoptadas son «muy restrictivas y dañinas» para un sector que ya había sido golpeado duramente por la crisis sanitaria y los meses de confinamiento.

El presidente de la patronal de Hostelería y Turismo de Aragón, Luis Vaquer, aseguró que están «enfadados y hundidos» porque la DGA «solo» ha decidido limitar su actividad y porque así se ha puesto el foco del virus en Aragón, aunque solo se haya retrocedido de fase en las capitales de Huesca y Zaragoza además de en el entorno de esta última, lo que afecta directamente al turismo. «Así es muy difícil que elijan Aragón para sus vacaciones», aseguró. Y prueba de ello es que ayer ya recibieron «miles de cancelaciones», también de eventos programados para septiembre.

No es un asunto baladí porque ya parten de una situación muy mala, después de estar más de dos meses con sus negocios cerrados, con una apertura a medio gas y «un turismo paupérrimo que ahora es nulo», comenta Vaquer. En la provincia de Zaragoza habían vuelto a abrir alrededor del 75% de los bares y restaurantes y la mitad de los hoteles. Las casas rurales operativas rondaban el 70%. «Partimos de cero, de una facturación nula y con un 20% de las reservas habituales que son muy inestables», añadió Vaquer. Además de que los precios son mucho más bajos que hace un año, es difícil tantear el nivel de ocupación, dado que las reservas se están haciendo a última hora, según los brotes.

El director general del Grupo Palafox Hoteles y también miembro de Horeca, Antonio Presencio, definió como «avalancha» las cancelaciones que empezaron a registrar ya anteayer, cuando se anunció el retroceso de fase. «Lo primero es la salud y por eso se ha hecho una gran inversión en los establecimientos para tener el sello de seguridad turística y una higienización homologada», explicó.

TURISMO RURAL / Desde la Asociación Aragonesa de Turismo Rural, su presidente, Jesús Marco, explicó que están sufriendo la «picaresca española» y han detectado que hay gente que realiza varias reservas para los mismos días en distintas comarcas y así, cuando llegue la fecha, elegir aquella que se encuentra con menos contagios. «Esto lo hacen porque las cancelaciones, dada la situación, son gratuitas, pero no tienen en cuenta que nos perjudican», explicó.

Las pérdidas en las casas rurales no tienen nada que ver con las de los hoteles, que tienen que hacer una gran inversión para ponerlos en marcha. «Lo que no vamos a tener son beneficios», matizó, porque en la mayoría de los casos son sus propietarios los que se encargan de la limpieza y el mantenimiento. Según explicó Marco, entre el «20 y el 30% del gasto» de los turistas rurales se queda en el municipio o en la comarca que visitan. Es decir, que el efecto negativo en las reservas también lo sufrirán el resto de negocios que viven de los turistas.

La situación de las casas rurales es un tanto peculiar porque se encuentran en núcleos de población pequeños, habitados normalmente por una población envejecida y de riesgo, por lo que ha habido un alto número que ha decidido no abrir y evitar así que se produzca un brote en el municipio que sería muy perjudicial.

El año pasado, y por estas fechas, el nivel de ocupación era del 40%, pero este no llega ni al 20%. Una cifra que, además, concentra sus reservas en el Pirineo, el Maestrazgo o la Sierra de Albarracín porque hay comarcas en las que el porcentaje es directamente de cero, o de un 5% o 10%. «Este año se ha sido muy selectivo y la gente busca lugares muy espectaculares para visitar». ­­

Desde Cafés y Bares también hablan de ruina, ya no solo por la reducción que van a volver a sufrir en el número de usuarios, sino porque muchos restaurantes ya habían comprado un género que ahora no se gastará, lo que se traduce en pérdidas.

Con un 70% de los bares abiertos en la provincia, se teme que en los próximos meses sean más los que acaben echando la persiana. Algo que también puede suceder con los hoteles, que arrastran unas cuentas en negativo que, sin el poco turismo que se preveía para el verano, no podrán hacer frente a lo que resta de año. «El problema no está en abrirlos, sino en que a medio plazo cerrarán si la situación no se normaliza», zanjó Vaquer.