El Ayuntamiento de Zaragoza aprobó este viernes una nueva ordenanza que prohíbe expresamente el botellón. Esta nueva norma se ha tramitado con urgencia y se planteó por primera vez el pasado julio, antes de que la DGA prohibiera en todo Aragón esta práctica (de manera excepcional por propagación de la pandemia). Fue durante el mes de agosto cuando la propuesta inicial de PP y Cs fue sometida a un periodo de alegaciones y propuestas, tanto por parte de las ciudadanía como de los partidos políticos. Y finalmente, este viernes, una comisión extraordinaria de Servicios Públicos ha dado luz verde a la ordenanza con los votos a favor de PP, Cs, Vox, PSOE. ZeC y Podemos han votado en contra.

Ahora, la realidad ha superado al debate del ayuntamiento, aunque la ordenanza municipal tiene la intención de perdurar en el tiempo más allá de lo que persista el coronavirus. La nueva norma local llega también en la misma semana en la que la DGA ha anunciado que las sanciones por beber en la calle podrían ascender, en los casos más graves, hasta los 60.000 euros. Y llega también una semana después de que El Tubo se abarrotara de gente sin que ninguna autoridad actuara para evitarlo. Así, los principales reproches a la nueva ordenanza han venido desde la izquierda, siendo ZeC y Podemos los únicos que han votado en contra. Zaragoza en Común ya presentó la semana pasada una serie de alegaciones que, finalmente, no se han incorporado al texto de la ordenanza. Pedían que la norma se circunscribiera al tiempo que durase la pandemia y que las multas pasaran de ser de 150 a 50 euros. Además, exigían poner en marcha políticas de ocio alternativas para la juventud.

En el debate, el concejal Alberto Cubero protestó también por las formas del mismo. En opinión del concejal, esta nueva ordenanza solo busca «el control coercitivo y punitivo de la calle» y defendió que PP y Cs han utilizado la situación actual, la de la pandemia, para aprobar la normativa. Asimismo, el de ZeC criticó que se sea tajante con la juventud sin recursos, que son los que recurren muchas veces al botellón como forma de ocio, pero que no se plantee ninguna medida para evitar el consumo masivo de alcohol en bares y locales, es decir, «negocios privados», por parte de la juventud.

Desde Podemos, en este mismo sentido, señalaron que la normativa autonómica ya prohíbe el botellón para evitar -más­- la propagación del coronavirus. La concejala Amparo Bella pidió también que la titular de Servicios Públicos, Natalia Chueca, detallara el plan de ocio joven que esta anunció durante el transcurso de la comisión. Chueca aseguró que todavía se está trabajando en él y solo anticipó que su redacción y puesta en marcha recaerá sobre el área de Acción Social y Familia.

LO QUE CAMBIA

Antes del debate, Chueca explicó también que el Justicia de Aragón había realizado una serie de sugerencias sobre la redacción la ordenanza que se incorporaron en su totalidad. Por parte de las entidades sociales no se admitió ninguna alegación, puesto que se votaron en bloque, y por parte de los partidos solo se admitieron las propuestas del PSOE y Vox. Con respecto a la ordenanza que había diseñado el equipo de PP y Cs se han realizado pequeños cambios, entre los cuales destacan las facilidades para conmutar la cuantía de la sanción por trabajos a la comunidad, siempre que la sanción sea «grave» o «leve», pero no para los supuestos de infracciones «muy graves»,

Las multas irán de los 150 a los 3.000 euros, unas cifras bastante inferiores a las planteadas por la DGA en los casos más graves. Así, con esta nueva ordenanza se prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública cuando haya tres o más personas y cuando se dé con carácter de ocio, es decir, cuando beber alcohol sea el propósito principal de la reunión. También se prohíbe beber dentro de vehículos que estén estacionados en espacios de uso público o en su entorno inmediato así como la venta de bebidas alcohólicas en la calle desde automóviles, carritos o tenderetes.

Hasta ahora, la práctica del botellón estaba regulada por la ordenanza de limpieza. Entonces, beber en la calle solo era punible si se generaban molestias a los vecinos o se ensuciaba la vía pública. Ahora, en Zaragoza ya existen dos normas que prohiben el botellón (la autonómica y la municipal), aunque el problema de las concentraciones sociales puede que no haya acabado. Habrá que ver cómo funcionan los controles que la Policía va a realizar en zonas de bares como en El Tubo, para que no se repitan las imágenes del fin de semana pasado.