Este fin de semana hará un año desde que el actual alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, asumiera las riendas del Gobierno de la ciudad. Y para celebrarlo, o recordarlo, el Ejecutivo municipal en pleno se ha reunido este viernes en el Salón de Recepciones de la casa consistorial para sacar músculo y exhibir unidad.

Han comparecido Azcón (PP) y la vicealcaldesa, Sara Fernández (Cs) y juntos han hecho un repaso de lo que ha dado de sí este año, marcado obviamente por la pandemia. Sobre la coalición que les une en el poder han negado cualquier grieta, y han asegurado que ambos partidos trabajan juntos «para hacer política útil». Esa que «soluciona problemas y no los crea», dijo Azcón, que no negó, eso sí, que las relaciones entre PP y Cs no son igual de buenas en todos los Gobiernos que comparten. «La situación política de Zaragoza es la de Zaragoza. Hay sitios en los que las cosas están más difíciles y sitios en los que funcionan mejor. Es cierto que las coaliciones de gobierno entre PP y Cs en otros lugares de España no funcionan igual de engranadas que aquí», ha afirmado.

Por su parte, Fernández ha asegurado que este es un tema que se ha tratado en el seno de la coalición, pero que existe un acuerdo firme, resumido en las 50 medidas pactadas en la investidura (a las que se añaden mañana las casi 300 de la Comisión para el futuro), que ambos tienen el compromiso de cumplir.

Sobre el acercamiento de su partido, Ciudadanos, al PSOE a nivel nacional, Fernández ha renegado de que esta cuestión pueda crear tensiones en el Ejecutivo municipal. «La política de este Gobierno no viene marcada por lo que pase en la política nacional. Cuando uno tiene unos intereses ya marcados -como es el caso, según la vicealcaldesa- no caben las injerencias», ha asegurado Fernández, que siempre se ha mostrado cercana a la cúpula del partido. El acto ha concluído con un corro en el que, muy amigablemente, los 14 concejales de la coalición sonrieron y mostraron su sintonía.

Una coalición de gobierno que, no obstante, mantiene su objetivo de cambiar las cosas y de impulsar un nuevo modelo de ciudad "que se centre en resolver los problemas de los vecinos y no en crear otros nuevos". Ahora, Zaragoza es "referencia nacional" por la aplicación de medidas "pioneras" como la desinfección del transporte público, la peatonalización de las calles para mantener la distancia social durante la pandemia o los acuerdos con otras fuerzas políticas, entidades y administraciones, y no por "polémicas", ha reivindicado Azcón.

Todo ello, ha continuado, con dos características fundamentales: la unidad dentro del equipo de gobierno, que ha agradecido especialmente a los seis concejales de Cs; y el diálogo con el Gobierno de Aragón, "fructífero" en la crisis del covid-19, con los grupos de la oposición, con las entidades vecinales y con los agentes sociales, que han desembocado en el Acuerdo por el Futuro de Zaragoza y el Acuerdo Económico y Social.

Una unidad dentro de la coalición que tanto Azcón como la vicealdaldesa, Sara Fernández, subrayan que no está en riesgo por el acercamiento de Cs al PSOE a nivel nacional. "La situación política de Zaragoza es de Zaragoza" y "no se puede extrapolar", ha apuntado el alcalde, mientras que la vicealcaldesa ha recalcado que el acuerdo de gobierno entre PP y Cs no viene motivado por las siglas de sus respectivos partidos sino por los intereses de los zaragozanos y que no tiene por qué haber "interferencias". A todo ello Azcón ha sumado que Zaragoza ha liderado la creación de una red junto con otras grandes ciudades de España para hacer un frente común de cara a la reconstrucción tras el covid-19.

"La gente no quiere problemas, quiere soluciones", ha remarcado, y "quienes no entiendan esta premisa, quienes se instalen en políticas de confrontación y en maniqueísmos tácticos" serán incapaces de gobernar las instituciones. A continuación, ha incidido en el "empeño" del Gobierno PP-Cs en ordenar las cuentas municipales, después de que una auditoría hallara un "agujero" de 103 millones de euros. Ello ha supuesto un esfuerzo "extraordinario" por reducir la deuda -que ha pasado de 830 a 706 millones de euros en un año- y, a la vez, por elaborar un presupuesto que siguiera impulsando la cultura, los servicios públicos o la acción social.

Esta última, la acción social, recibió un incremento presupuestario del 8 por ciento que ha permitido al Ayuntamiento estar en "primera línea" a la hora de atender a las personas que lo están pasando mal en esta crisis sanitaria, según el alcalde. Sin embargo, "por desgracia", Zaragoza sigue siendo la ciudad con más deuda por habitante del país y, mientras otros ayuntamientos están preocupados por poder utilizar su remanente, el de la capital aragonesa "tiene que seguir pagando la mala gestión de los gobiernos anteriores".

Todo ello, además, con una reducción de ingresos que puede llegar a los 90 millones de euros, lo que "obliga" a otras administraciones, fundamentalmente la UE y el Gobierno de España, a ayudar, ya que al Ayuntamiento de Zaragoza todavía no ha llegado "ni un solo euro" de otras instituciones. "No es de recibo" que no llegue ningún fondo mientras las comunidades autónomas discutan cómo se van a repartir 16.000 millones de euros del Gobierno central, ha protestado.

De cara al futuro, Azcón ha insistido en que "los objetivos no han cambiado" y que tratarán de impulsar proyectos en lugar de bloquearlos con tres puntos fundamentales: ayudar a los más vulnerables, reactivación de la economía y creación de empleo y unos servicios públicos de calidad y seguros. Por su parte, la vicealcaldesa ha remarcado que, tras 16 años de gobiernos "socialistas y comunistas", PP y Cs han conformado un gobierno "centrado y moderado" que gobierna "para todos los zaragozanos". "Hemos puesto Zaragoza en marcha", ha remachado, con la ejecución de proyectos anteriores como la ampliación de la Avenida del Tenor Fleta, el nuevo Mercado Central, el nuevo Centro Municipal de Protección Animal o nuevos como el futuro hospital privado en la prolongación de Gómez Laguna. Pero sobre todo, ha apostillado, PP y Cs "han sabido escuchar a los vecinos" y volver a colocar a Zaragoza en el mapa.

Los próximos pasos serán la aprobación de unas ordenanzas fiscales para 2021 que sean una herramienta fiscal para luchar contra la crisis, para lo que espera que la oposición esté "a la altura de las circunstancias", y un presupuesto para "no dejar a nadie atrás" pese a las mermadas arcas municipales. "Los ayuntamientos también existimos y necesitamos ayudas para desarrollar políticas para ayudar a personas, pymes y autónomos", ha concluido Fernández.