En su portada aparece el título de Acuerdo para el futuro de Zaragoza y el PSOE lo ha bautizado como la «biblia laica». El dictamen para la reconstrucción de la ciudad que ayer aprobó el pleno municipal sin el apoyo de ZeC ni Vox es obra de la colaboración de muchos. Los grupos políticos han debatido unas medidas basadas en las propuestas de más de un centenar de entidades y de la participación activa de CEOE, Cepyme, UGT y CCOO, así como los representantes de las entidades vecinales FABZ y Unión Vecinal Cesaraugusta, y un representante de Ebrópolis que ayer rubricaron el acuerdo en el Palacio de Montemuzo donde el alcalde, Jorge Azcón, admitió que salir de esta crisis «no va a ser cómodo ni fácil ni sencillo» y dondeha vuelto a pedir unidad.

Todos los protagonistas tuvieron su momento y todos clamaron por el cumplimiento de las medidas que recoge el dictamen, centradas en ayudar a los más perjudicados y vulnerables. Pero para hacerlo es necesario ayudar a subsistir. En este sentido, el presidente de la CEOE, Ricardo Mur, destacó la importancia de reducir la burocracia, las bonificaciones impositivas y apoyar proyectos económicos importantes para ayudar a las empresas a salir adelante. El secretario de UGT, Daniel Alastuy manifestó la necesidad de trabajar por la supervivencia de los negocios y el mantenimiento y creación de empleo. Desde CCOO, Manuel Pina advirtió de que este acuerdo no puede quedarse en papel mojado e incidió en que las medidas tienen que ponerse en práctica, para lo que Azcón ya dijo que serán necesarios fondos del Estado y de Europa.

Desde Cepyme Aragón, Aurelio López resaltó la capacidad negociadora del momento, esencial para afrontar la crisis sanitaria y Manuel Arnal, de la FABZ, con vistas al futuro, avisó de que los próximos presupuestos tendrán que recoger partidas concretas.