"Puede que haya tenido este virus en el pasado, tal vez, y ni siquiera lo sentí", dijo el presidente Jair Bolsonaro, y se puso como ejemplo superador de los efectos de una pandemia que ya ha matado 5.901 brasileños e infectado 85.380. Mientras tanto, su propio ministro de Salud, Nelson Teich, proyecta escenarios dramáticos a corto plazo.

Durante una entrevista con radio Guaíba, Bolsonaro reiteró no obstante su negativa a revelar los resultados de dos exámenes que se ha realizado en marzo para comprobar si ha contraído la infección. Un tribunal de Sao Paulo le ha otorgado 48 horas para que se presenten esos informes ante la Justicia.

El capitán retirado se ha quejado a su vez de que la prensa divulga noticias apocalípticas sobre la expansión del covid-19, así como la crisis sanitaria en puertas. Para Bolsonaro, la posibilidad de superar las consecuencias de los contagios son grandes. "El general (Augusto) Heleno (ministro de la Oficina de Seguridad Institucional) solo se enteró de que tenía el virus porque se hizo la prueba. Se fue a su casa y pedaleó (en la bicicleta) todos los días, a los 70 años o más. ¿Qué quiere esta parte de la prensa? Intenta arrojar la muerte de las personas en mi regazo", se quejó.

Mil muertos por día

Brasil contabilizó 435 decesos este jueves y ya ha superado a China en la cantidad de víctimas fatales. Teich reconoció que todo puede ser peor. El número de muertes por covid-19, dijo, podría superar las 1.000 por día si continúa la curva ascendente de casos positivos. En ese sentido, el ministro consideró no deberían relajarse las medidas de distancia social mientras los casos del nuevo coronavirus estén "en aumento". Y añadió: "En este momento, tenemos una definición clara: la distancia sigue siendo la orientación". Bolsonaro es un defensor a ultranza de la flexibilización de la cuarentena. Las restricciones que adoptaron los estados lo llevaron a fuertes enfrentamientos con sus gobernadores. Pero, además, el tema de la cuarentena fue uno de los puntos de tensión entre el mandatario y el antecesor de Teich, Henrique Mandetta, quien tuvo que dimitir hace dos semanas.

El testimonio de Moro

En este contexto, Celso de Mello, ministro del Tribunal Federal Supremo (STF), ordenó a la Policía Federal (PF) tomar el testimonio del saliente ministro de Justicia, Sergio Moro, en un plazo de cinco días. De Mello quiere ahora una información "detallada sobre los términos del pronunciamiento" del exaliado de Bolsonaro. Antes de abandonar su cargo, Moro, acusó al presidente de interferir en las labores ese cuerpo de seguridad en el marco de las investigaciones sobre los grupos que extorsionan e intimidan en las redes sociales. La policía había encontrado fuertes indicios de que el legislador comunal Carlos Bolsonaro, hijo del jefe de Estado, estaba detrás de esas acciones calificadas de "guerrilla digital" y "ministerio del odio"que alcanzan a opositores e incluso aliados. Bolsonaro ha intentado nombrar a un amigo de su hijo al frente de la PF pero otro juez del STF lo ha impedido.