Frente a la feroz confrontación desatada entre Estados Unidos y China, el alto representante para la política exterior y de seguridad común de la UE, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario Josep Borrell (Pobla de Segur, 1947), defiende que la Unión Europea debe mantener su "autonomía" en defensa de sus intereses aunque admite la grave preocupación" de la UE por la decisión de Pekín de imponer una ley de seguridad en Hong Kong. "No estamos en modo disruptivo respecto a China. La mejor respuesta no es abandonar el multilateralismo sino hacerlo más efectivo" y "no nos vamos a embarcar con Estados Unidos en contra de China porque no compartimos el mismo interés", replica durante una entrevista por videoconferencia con un grupo de corresponsales en Bruselas realizada antes del anuncio de Donald Trump de romper relaciones con la OMS.

-Europa aspira a jugar un papel geopolítico global. ¿Cómo puede asumir este papel dadas las divisiones internas, con Estados Unidos retirándose cada vez más de la escena internacional?. ¿Tiene Europa que elegir entre China y Estados Unidos?

-No tenemos que elegir. A algunos les gustaría empujarnos a elegir pero no tenemos que elegir. Tenemos que hacer, como decía Frank Sinatra, 'my way'. Tenemos que hacerlo a nuestra manera. Somos quienes somos. Tenemos nuestros intereses y debemos ser capaces de defenderlos. Nos hemos dado cuenta de que estábamos en una situación crítica por la falta de material médico. Imagínense! Una simple mascarilla, tan fácil de producir que, de repente, se convierte en un elemento crítico. ¿Qué hubiera ocurrido si esta situación crítica se hubiera debido a infraestructuras, comunicaciones u otras cuestiones más difíciles de producir y reparar?. Los europeos no podemos creer que todas nuestras necesidades serán resueltas por el mercado y la buena voluntad de los grandes poderes. Necesitamos autonomía estratégica para responder a las crisis con nuestros propios medios y no tenemos medios. Esta crisis (del coronavirus) lo ha demostrado. Trabajemos de forma que podamos resolver la situación sin depender de otros. Ha habido una pandemia. Se requiere voluntad política y Europa no avanza si no es a golpe de crisis. Es lo que ha ocurrido con el plan económico de recuperación, que no hubiera ocurrido sin una crisis. Así es, avanzamos cuando hay crisis.

-Si los Veintisiete acuerdan la creación de nuevos recursos propios en el presupuesto y una tasa a los servicios digitales, ¿no teme que las relaciones con Washington se compliquen aún más?

-No, ¿por qué debería preocuparme? Todo esto prueba una cosa: que los Estados miembros no pueden abordar esto individualmente. Si todos decidieran juntos su posición sería más fuerte. La Comisión ha propuesto una tasa a los servicios digitales muy modesta, no creo que vaya a ser considerada como una amenaza para los gigantes (de internet). Pero, francamente, si todos los Estados miembros actúan juntos no veo resistencia. Tenemos que resolverlo a nivel europeo porque si no, ocurrirá lo mismo que con la tasa a las transacciones financieras. Que decidimos enviarlo a nivel global y todavía estamos esperando.

-Para evitar vetos en la negociación presupuestaria, la jefa de filas de los Socialistas y Demócratas en la Eurocámara, Iratxe García, ha sugerido decidir por mayoría cualificada en vez de unanimidad. ¿Es realista?

-Es algo que no va a ocurrir. Todo el mundo utilizará su derecho de veto. No creo que ningún Estado miembro vaya a decir me abstengo y me olvido. Para eso se necesita unanimidad. Por eso es tan complicado. Pero las cosas van mucho mejor de lo que me esperaba. Pensaba que las reacciones en contra de ir al mercado a captar los 750.000 millones (del fondo de recuperación) iban a ser más fuertes. Es mucho dinero, el 5% del PIB de la UE y se puede entender porque es un gran salto. Pero el tiempo es implacable y no perdona a la gente sin trabajo o que no pueden regresar a trabajar porque la economía está en un coma profundo. Cada día que pasa sin decidir sobre la movilización de recursos es un día más de sufrimiento humano y de debilitamiento de la industria y la economía.

-Dice que no es partidario de resolver los problemas de Hong Kong a golpe de sanciones y que hay que mantener un diálogo abierto y honesto con China . Pero ¿lo descartan completamente?

-China sabe muy bien cómo utilizar el lenguaje del poder. No tienen que aprenderlo ya lo saben bien. En la reunión de hoy -por el Consejo de ministros de exteriores del viernes- solo un país ha hablado de la posibilidad de adoptar sanciones, nadie más.

-¿Cuál es la situación con Israel y a sus planes de anexión de Cisjordania?

-Hablé con el ministro de exteriores por teléfono en cuanto fue designado. Le invité a venir al Consejo de exteriores en Bruselas a explicar su posición. La seguridad de Israel es algo que no es negociable para nosotros. Pero una cosa es la seguridad de Israel y otra cosa es que no reconoceremos ningún cambio a las fronteras de 1967 a menos que haya un acuerdo entre israelíes y palestinos. Seguimos urgiendo a Israel a no dar ningún paso en esa dirección. Si eso ocurre, y estamos utilizando toda la influencia que podemos para evitar que ocurra, veremos. Ya hemos dicho que lo consideraremos una violación de la ley internacional. Esta declaración fue unánime en marzo. Ahora no ha habido una declaración unánime porque dos Estados miembros no han querido decir que va contra la ley internacional. No puedo anticipar cual será la respuesta (en caso de anexión) porque no hay unanimidad para decir que va contra el derecho internacional.

-¿Por qué la UE no utiliza la fuerza o su peso económico como vía de presión?

-No somos un estado. No estoy en la situación en la que se encuentra el presidente Trump o el presidente Xi Jinping. Necesitamos acuerdos 27 Estados miembros y hay diferentes posiciones entre ellos. Esta cuestión siempre ha sido muy divisiva. Hasta ahora he dicho que nos atenemos a los parámetros reconocidos internacionalmente: una solución de dos estados, sin cambios en las fronteras. ¿Si se lleva a cabo la anexión? Claro que pondría en peligro la posibilidad de dos estados, todo el mundo lo sabe y tendríamos que reflexionar.

-¿Cómo van las negociaciones con Ankara sobre el acuerdo entre la UE-Turquía?

-No diría negociaciones, más bien conversaciones y no han sido muy positivas porque continúan las prospecciones de Turquía y la disputa con Chipre. Hay Estados miembros que no quieren comprometerse a negociar con Turquía mientras no cesen las prospecciones y demuestren claramente que van a parar y no hay perspectivas de ello. Tenemos una relación multidimensional pero la relación con Turquía no puede ser únicamente sobre inmigración. No puede ser detened a los inmigrantes y contribuimos a financiar los costes. No es suficiente para construir una relación positiva. Hay muchas cuestiones visados, ampliación, energía, Libia- que requieren un enfoque amplio. Por videoconferencia estas cuestiones son complicadas. Lo que quiero hacer es llevar nuestra relación con Turquía al Consejo de exteriores. Turquía es la cuestión más importante en las relaciones exteriores de la UE. Si tuviera que hacer un ranking diría que Turquía, así que iré al Consejo a pedir orientaciones para el futuro.

-El presidente de Kosovo, Hashim Thaci, ha dicho que no piensa participar en el diálogo liderado por la UE con Serbia. ¿Se puede avanzar si una de las partes no participa? ¿Le preocupan los movimientos de Estados Unidos?

-No estamos en una competición con Estados Unidos. Solo hay un diálogo entre Pristina y Belgrado y es el que lanzó la UE. Si Estados Unidos quiere ayudar está bien pero no nos movemos por motivos propagandísticos. Queremos hacer un trabajo serio, desbloquear un diálogo que desgraciadamente está bloqueado por la misma razón que ayer: por la inestabilidad política de Kosovo.

-¿Qué papel debe jugar la UE en el Ártico?

Es una de las pocas regiones en el mundo sin tensión y debemos evitar buscar tensiones donde no existen. En este momento, el Ártico es un lugar de cooperación pacífica y nuestro principal objetivo es promover la cooperación multilateral para mantener este área en paz. Tenemos una relación constructiva con Rusia, Noruega e Islandia. Tratemos de mantener la paz. Se que hay mucho interés en esta área por el gas y el petróleo. No están interesados en el hielo y esto supone un problema. Si empezamos a pelearnos por lo recursos debajo del hielo del Ártico entraremos en una nueva dimensión que hay que evitar.