BSH Electrodomésticos cesará nuevamente su actividad en las fábricas zaragozanas de Montañana y La Cartuja a partir del próximo sábado 28 de marzo y durante tres semanas debido a los efectos de la propagación del coronavirus, lo que engrosa la lista de grandes industrias aragonesas que optan por esta medida preventiva. Ambas plantas, que suman más de 1.700 trabajadores, ya suspendieron la producción durante tres días (miércoles, jueves y viernes) de la semana pasada, pero el lunes volvieron a la carga. La decisión ha sido adoptada por la central del grupo en Alemania y afecta a todas sus factorías en España y en el conjunto de Europa.

El presidente del comité de la planta de Montañana, Carlos Guerrero, se mostró satisfecho por la adaptación de esta medida, aunque lamentó “la reacción tardía” de la compañía ante el clamor de los trabajadores, que vienen reclamando que se interrumpa la actividad desde se decretó el estado de alarma y confinamiento domiciliario. De hecho, los empleados de la factoría del barrio de Santa Isabel llegaron a plantarse el pasado martes por la falta de medidas de protección, lo que forzó una parada de la producción.

REFUERZO DE LA MEDIAS DE PROTECCIÓN

A raíz de ese conflicto, la empresa se comprometió a reforzar y extremar la seguridad y salud de la plantilla, con medidas como la entrega kit de limpieza a cada empleado, la instalación de mamparas de cristal para evitar el contacto en algunas áreas de producción o la reducción del ritmo de trabajo. Por este motivo, según el comité, BSH Montañana funciona esta semana (desde el lunes) con el 35% de una plantilla que ronda los 1.500 trabajadores --el 40%, según la compañia-- y solo tiene en marcha una línea por turno en hornos y dos en inducción. En este último caso, además, se ha regularizado la actividad para garantizar el distanciamiento prudencial, de tal manera que hay un empleado para cada dos operaciones.

La planta de La Cartuja, dedicada a la fabricación de lavadoras, sí está funcionado con normalidad esta semana, pero sus instalaciones son mas espaciosas y con un menor número de trabajadores (en torno a 300).

“Llevamos un montón de reuniones pidiendo para la actividad, sobre todo esta semana que venía el pico de contagios”, afirmó Gurrero, que pertenece al sindicato Trabajadores Independientes de Balay (TIB). “Han tardado en reaccionar. De ahí pánico”, apuntó, aunque reconoció que las medidas adoptadas han sido bien recibidas por la plantilla. “Lo peor de todo es la psicosis que tiene la gente”, agregó, En este sentido, aseguró de que en la fábrica existen dos casos en seguimiento por posible contagio de coronavirus.

SIN ERTE, DE MOMENTO

La interrupción de la producción será cubierta por diferentes fórmulas recogidas en el convenio de empresa. Una semana (del 6 al 12 de abril) se cubrirá con vacaciones, como estaba ya fijado por ser la festividad de Semana Santa, y el resto con cese de calendario y medidas de flexibilidad. De esta forma, la compañía evitará la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

No obstante, el uso de este procedimiento de ajuste laboral no se descarta para más adelante. "Agotado el exceso de calendario, si lo cosa sigue así habrá que negociar el ERTE”, reconoció Guerrero, ya que todo hace indicar que la crisis desatada tendrá un importante impacto en las ventas de electrodomésticos.

El parón temporal de BSH también afectará a la actividad logística, que se encuentra centralizada en el polígono Plaza, y tendrá un efecto cadena sobre un nutrido grupo de empresas proveedoras.