"Abrir al 30% es una ruina; no se puede". Así de tajante se mostró ayer José María Marteles, presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, que considera que el Ejecutivo central ha errado su propuesta de reapertura de los bares y restaurantes, permitiendo en esta primera fase solo un tercio de la ocupación y en las terrazas. En la misma línea, desde la Federación de Empresarios de Hostelería de Zaragoza (Horeca) incidieron en que la desescalada planteada es «absolutamente inviable» si no se acompaña de «muchas medidas sanitarias, laborales y de apoyo económico».

Marteles recordó que, en Zaragoza y provincia hay alrededor de 4.000 establecimientos hosteleros, de los que menos de la mitad (unos 1.800) tienen terraza. «Además, de estos, solo entre el 10 y el 13% tienen una terraza amplia, con más de diez mesas, que sería en las únicas en las que sería viable poder abrir al 30%», denunció. Para el resto de negocios, «los gastos fijos de luz, limpieza, agua, personal, cuotas de autónomos, proveedores... Todo eso es inviable si solo puedes poner una mesa en la terraza», insistió. Para la mayoría, añadió, «abrir con estas condiciones significa abrir con pérdidas».

Desde Horeca consideraron que la cifra dada por las organizaciones españolas del sector en torno al posible cierre de un 30% de los negocios a nivel nacional podría replicarse en el caso de Zaragoza y su provincia.

HOTELES SIN VIAJEROS

Horeca denunció, además, por parte del sector hotelero y de alojamientos de Zaragoza, que el referido plan «no tiene en cuenta ni se toma en serio» al sector turístico. «Más que el cuándo -advierten-, importa el cómo se va a poder abrir un sector como el de hoteles sin garantías sanitarias (test individuales, dotación de materiales, a la espera de un protocolo previo a la apertura a nivel nacional) y sin movilidad interprovincial hasta finales de junio».

Una de las medidas «necesarias» si no imprescindibles que observan desde ambas organizaciones es que los ERTE y las plantillas puedan adaptarse a la nueva situación de reducción de aforos y rentabilidad. Además, exigen otras medidas económicas, como la suspensión de las cuotas de autónomos y tributos municipales, o ayudas para el pago de alquileres.

«Estamos preocupados; no sabemos qué demanda habrá», reconoció Marteles. Como en Horeca, desde Cafés y Bares también recriminaron al Gobierno no haber contado con las organizaciones nacionales para diseñar la desescalada. «Es preferible encontrar un consenso, aunque tardemos un mes más, que abrir en condiciones inviables», zanjó Marteles.