La Universidad de Zaragoza ve con buenos ojos el planteamiento anunciado por el Ministerio de Universidades para retornar a las clases en septiembre y que no contempla una vuelta a la presencialidad generalizada en los campus, sino que opta por un modelo rotatorio que combine asistencia y enseñanza online. Fuentes de la institución señalaron que el documento «todavía se debe analizar» en profundidad, pero, tras un primer análisis, «las medidas parecen acertadas y correctas porque van en la línea de lo previsto en la Universidad de Zaragoza», señalaron. «Coincide con las previsiones que se tienen, pero se debe enviar ahora a las facultades, decanatos y directores de centros para estudiarlo y conocer sus pros y sus contras», añadieron.

Además de acatar el protocolo de medidas de seguridad y prevención sanitaria, el campus tiene autonomía para organizar sus clases en función de sus infraestructuras, espacios, recursos y distribución territorial. Esto es lo que todavía está por definir, ya que el ministerio plantea un modelo rotatorio y eso es algo que el campus todavía debe valorar, pero lo que está claro es que la Universidad de Zaragoza combinará las clases presenciales con la vía streaming

En este sentido, el campus ya ha recibido el compromiso de la consejería de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento de la DGA para disponer de ayudas a la hora de desarrollar un modelo que combine la asistencia al aula con el virtual. «En este sentido se debe tener en cuenta la situación de aquellos estudiantes con mala conexión en casa o con falta de recursos», indicó.

El documento del ministro Manuel Castells insta a cada universidad a calcular el coeficiente de ocupación de cada actividad en sus instalaciones, relacionando el número de estudiantes matriculados con la capacidad del espacio y teniendo en cuenta la separación de 1,5 metros entre ocupantes. Si esto no es viable, la actividad no podrá ser presencial y, entonces, se deberá fomentar la formación online. En la Universidad de Zaragoza, la mayoría de las instalaciones «permiten guardar las distancias» con la distancia requerida. En cualquier caso, la decisión sobre qué asignaturas se pueden cursar de manera virtual y el cómo dependerá de cada centro y profesor.

Para el colectivo aragonés Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU), el planteamiento de alternar dos modelos de clases es «positivo» y comprenden que «la vuelta a la normalidad requiere de aunar esfuerzos entre todos y adaptarse a las circunstancias», aseguró Jonathan Jiménez, representante de EDU en el Consejo de Gobierno de la universidad.

Medio rural / «La única cuestión que nos preocupa es que se tenga muy en cuenta los recursos para poder acceder a las clases online. En Aragón hay muchas zonas rurales donde la conexión no va o estudiantes con ordenadores viejos que no pueden seguir así la enseñanza», dijo. En este sentido, desde EDU también indican que sería adecuado que los grados que requieran de muchas prácticas sean los que tengan más clases presenciales, pero en ramas como Educación o Trabajo Social se puede optar «por extender en gran medida» la opción online. «Esto se debe organizar con tiempo. Gran parte de la población vive fuera de Zaragoza y no sería lógico pagar un alquiler para un día a la semana de clase», dijo.

Por otro lado, estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras ven bien las medidas «siempre y cuando el profesor de clases a través de internet y no se limite a colgar un documento. Eso es lo que precisamente hace que puedan bajar las notas o no aprender igual», señaló una alumna. «La propuesta es buena sobre el papel y una docencia dual sería muy positiva si hay un rebrote, pero hay docentes que no saben dar clases telemáticamente», apuntó otro estudiante.