El presidente del PP, Pablo Casado, apoyó este lunes el cierre total de la Región de Murcia, gobernada por su partido. El presidente del Ejecutivo autonómico, Fernando López Miras, pidió el domingo por la noche el confinamiento de todas las personas que no participen en actividades esenciales para asegurar el abastecimiento y la supervivencia de la ciudadanía. López Miras firmó este lunes una orden para que la autoridad competente, en referencia al Gobierno central, apruebe esa medida.

Casado ve sensata la petición de López Miras y reclama al Ejecutivo de Pedro Sánchez que tenga en cuenta la problemática de cada autonomía. Prefiero que pequemos por exceso con esta pandemia. Prefiero prevenir que curar, dijo en una rueda de prensa telemática que ofreció desde la sede central del partido. Según los datos del Gobierno murciano, hasta ayer habían muerto tres personas por el covid-19. Es la comunidad con menos casos. El objetivo es no llegar a las lamentables cifras de otras autonomías, afirman fuentes de la dirección del PP. Además, añade un alto cargo del partido, en la costa hay miles de segundas residencias y el Ejecutivo regional teme que sea un polo de atracción para los ciudadanos que no cumplan con el confinamiento en sus viviendas habituales.

El presidente de los conservadores, por contra, no ve factible el cierre total de la Comunidad de Madrid. Casado subrayó que conoce bien el operativo de esa autonomía, que también está gobernada por el PP, con Isabel Díaz Ayuso, al frente. Y con la información que cuenta dio a entender que no ve posible la clausura de todos los servicios que no sean esenciales porque puede afectar al suministro alimentario, la pernoctación de profesionales sanitarios o policiales o incluso en la capacidad operativa de las grandes infraestructuras del Estado, como el aeropuerto.

En la intervención ante los periodistas, Casado aseguró en varias ocasiones su intención de no criticar al Ejecutivo porque, apuntó, ya habrá tiempo de dirimir la incompetencia, pero cerró la comparecencia cargando contra el vicepresidente, Pablo Iglesias, por no dar ejemplo y no guardar cuarentena después de que su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero, diera positivo en el test del virus. También lamentó que Sánchez no haya telefoneado a José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, la ciudad más golpeada por el covid-19.

La Generalitat, a la espera

Entre las preguntas de la prensa, no se le planteó a Casado en concreto cómo ve el caso de Cataluña. El Govern ha hecho del confinamiento total su principal caballo de batalla. Con mayor o menor mano izquierda, según sea Quim Torra o Pere Aragonès el que lo pida. Y lo que reclama la Generalitat, ahora, tras una primera fase en la que, sobre todo, se insistió en el cierre de la comunidad, es que se tomen medidas más drásticas. Y estas pasan por suspender toda actividad laboral, excepto la que se incluya en la lista de servicios básicos, y, sobre todo, el cierre de las grandes infraestructuras de transporte. La Generalitat no entiende que sigan operando El Prat y Barajas.

Eso sí, el Ejecutivo catalán descartó ayer decretar el confinamiento total de Cataluña sin la autorización del Gobierno. La consejera de Presidencia y portavoz, Meritxell Budó, celebró la voluntad del presidente murciano aunque --también como López Miras por ahora--, desdeñó que la Generalitat vaya a tomar la decisión por su cuenta.

Budó se mostró confiada en que el Ejecutivo de Sánchez acabará tomando la decisión de aislar el territorio porque en el encuentro telemático del domingo con presidentes autonómicos Torra encontró complicidades. Y apuntó que esperarán este plácet, pero que, mientras tanto, el Govern hace lo que está en sus manos para dar argumentos a las empresas para que echen el cierre. Solo con el confinamiento total garantizaremos que el sistema sanitario no se colapse, añadió. La portavoz ha hecho votos para que Sánchez no tarde tanto tiempo como el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, a la hora de aplicar esta contundente medida.

Canarias y Baleares

En Canarias, el Ejecutivo autonómico ha pedido al Ministerio de Sanidad que modifique la orden de cierre de los hoteles para añadir una excepción en las islas en determinadas circunstancias, como la de mantener abierto algún establecimiento donde alojar a turistas a los que les sea imposible regresar a casa. Hace cuatro días quedaban 90.000 visitantes en el archipiélago y ayer, según los cálculos del Gobierno isleño, 10.000.

En Baleares, la presidenta, Francina Armengol, reclama al Ejecutivo mantener el cierre de puertos y aeropuertos aunque garantizando los vuelos de salida. Entre el miércoles de la semana pasada y el domingo, salieron de la isla 17.500 turistas y calcula que el número de los que quedan es muy residual.