La tendencia venía de antes, se ha impuesto con el confinamiento por el coronavirus, y se mantendrá con el desconfinamiento, el consumidor se ha volcado en la compra de proximidad. El súper y la tienda de barrio serán los grandes ganadores comerciales de esta crisis que deja para el futuro algunos cambios de hábitos en los consumidores. Y la razón principal es que el consumo se ha desplazado al hogar y las familias prefieren desplegar el hábito de cocinar y hacerlo de acuerdo con un criterio de proximidad, tanto en los canales de distribución como en los productos que se consumen. Así se pone de manifiesto en un estudio de la Asociación de Fabricantes y Consumidores de la Distribución (Aecoc) que ha sido presentado este miércoles.

"El consumo de proximidad se refuerza por la actual situación. Ayudar a la comunidad más cercana es una de las razones que impulsa a los consumidores a subrayar ese hábito. Saber que está ayudando a la comunidad forma parte de los nuevos valores de los consumidores. Y eso seguirá", ha comentado Rosario Pedrosa, gerente de estrategia comercial y márketing de Aecoc. Esas expectativas se sustentan sobre parámetros actuales que señalan, por ejemplo, que el gasto se ha intensificado --lo que se consumía antes fuera de casa, ahora se consume dentro del hogar--; que la ingesta de comida es más frecuente, un 28% de los encuestado así lo afirman; que la gran mayoría de consultados han incrementado el tiempo que dedican a cocinar "con esmero" y que la cesta de la compra ha cambiado sustancialmente su composición. Aaumenta el producto de kilómetro cero y caen los platos preparados.

Eso ocurre ahora, pero, ¿qué pasará en el futuro cercano? El 46% de los encuestado consideran que los hábitos más saludables de alimentación deben mantenerse y se proponen perseverar en esa práctica. Ese porcentaje se compara con un 38% que apuntaban la tendencia en estudios anteriores.

Canales habituales

Esa práctica se complementa con una profundización en el uso de los canales habituales de distribución. El 78% de los preguntados afirman que compran en un solo establecimiento. Ahí el supermercado de barrio se impone como principal canal de distribución. Antes del confinamiento, el consumidor repartía su atención entre tres y cuatro puntos de venta diferentes al mes, "porqué tenían seleccionados productos concretos en esas tiendas", ha comentado Pedrosa. "Ahora se intenta reducir al mínimo el uso de establecimientos no habituales, entre otras razones, por miedo al contagio", agrega. Y también se reduce la frecuencia de compra. Se prima, por tanto, la cercanía al precio. Un 74% de los encuestados va a comprar a las tiendas más cercanas.

Esa práctica no quiere decir que el consumidor no esté mirando por su bolsillo: un 79% de los encuestados se fijan en el precio de los artículos y las promociones que realizan los establecimientos a la hora de tomar sus decisiones de compra. Asimismo una gran mayoría de los consumidores (78%) ha incorporado una mayor planificación para llenar la cesta de la compra. La elaboración de menús y aprovisionamiento de la despensa están detrás de esa mayor rigurosidad previsora. No se trata de una práctica temporal, vaticina los encuestados. De hecho, un significativo porcentaje sostiene que tras el desconfinamiento seguirán cocinando para poder llevar la fiambrera al trabajo, lo que igualmente requiere planificación.

La compra 'on line'

La compra a través de internet se ha convertido en un nuevo aliado de los consumidores en el ordenamiento de sus hábitos. Un 20% de encuestados afirman que el confinamiento les ha dado pie a iniciarse en la compra a través de internet. "El incremento es notable", afirma Pedrosa, aunque hay que recordar que el avituallamiento 'on line' representa en este momento poco más del 2% del total. Por contra, se reduce el uso del 'delivey', la entrega a domicilio de comida, algo que va aparejado al descenso de los precocinados en la compra.

Aecoc, finalmente, no entra en la evolución de los precios de los productos alimentación, aunque la percepción que existe en el sector es la de una incremento --por determinar-- de muchos productos. Tampoco cuantifica hasta qué punto ha aumentado el presupuesto familiar destinado a alimentación, aunque concreta que "el gasto se ha intensificado". Y junto al incremento de consumo de productos más saludables se produce un alza muy significativa de aperitivios, frutos secos y chocolotes. "Es el premio al confinamiento", valora Pedrosa.