Los comerciantes llevan dos meses esperando el momento de subir la persiana, pero ahora que se acerca la desescalada, demandan más información y aclaraciones para saber cómo deben actuar, tanto para protegerse y proteger a la población a nivel sanitario, como para poder salvar sus negocios antes la reducción de aforos, la previsible bajada de ingresos y el mantenimiento de las plantillas.

Desde la Cámara de Comercio de Zaragoza, manifestaron su preocupación «ante la cantidad de dudas y consultas que ha suscitado entre el sector comercial» el plan de vuelta a la llamada nueva normalidad. Según han trasladado a la institución, muchos comercios se ven «incapaces» de levantar la persiana (con los gastos que ello conlleva) y trabajar con las limitaciones impuestas, dado que las condiciones de apertura (aforo reducido, control de afluencia, cita previa) les impiden cubrir dichos gastos.

Por ello, la Cámara de Comercio de Zaragoza considera que la clave para el desarrollo de la actividad está en la seguridad que se otorgue al cliente. Por eso cree que, además de regular cómo y cuántos clientes podrán entrar en las tiendas, es imprescindible garantizar que el comercio que abra sus puertas lo haga con las mejores condiciones higiénicas, cumpliendo los requisitos necesarios de distanciamiento social, aforo, prevención y seguridad.

Por su parte, José Antonio Pueyo, presidente de ECOS, la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza, destacó que «la buena noticia es que hay calendarios y formas de trabajo».

Sin embargo, insistió en que «la rentabilidad de los comercios y de hostelería se van a ver reducidas por las dificultades de fijar cita previa o de limitación de aforo». Y lamentó el desconocimiento sobre las medidas de seguridad específicas que deberá adoptar el sector. Por último, reivindicó que «las plantillas se puedan ajustar a esta nueva realidad» con aforo limitado.