Ni habrá pregón de fiestas en el balcón del Ayuntamiento de Zaragoza, ni Espacio Zity, ni ferias, ni fiesta de la cerveza, ni conciertos o jotas en las plazas, tampoco barras de bar por las calles, ni casetas, carpas o furgonetas de alimentación ni cualquier evento callejero que pueda generar corrillos descontrolados y aglomeraciones. Lo único que se quiere salvar a toda costa desde el Ayuntamiento de Zaragoza es la ofrenda de flores, que se verá notablemente reducida en número y será semipresencial. Aunque tampoco esto está asegurado, ya que dependerá de la evolución del coronavirus, responsable de que este año la celebración de las fiestas del Pilar vaya a ser más bien discreta, con pequeños actos culturales en los que se pueda controlar el aforo y siempre que se acceda con entrada o invitación.

La vicealcaldesa y concejala de Cultura, Sara Fernández, mantuvo este lunes una reunión con los representantes de la consejería de Sanidad de la DGA para analizar los posibles escenarios que se pueden producir en octubre y para valorar qué actos podrían realizarse. Si algo quedó claro es que no se va a programar ninguno que sea multitudinario o que pueda provocar un «llamamiento de público incontrolado».

El Gobierno de Aragón ya decidió suspender cualquier celebración patronal hasta septiembre, dejando en el aire las del Pilar. Sin embargo, en la casa consistorial hace días que se dice que no se prepararán grandes eventos por sentido común, aunque están diseñando varios escenarios posibles. También el del confinamiento.

‘STREAMING’ / Fernández explica que se va a recurrir al streaming y a los centros municipales y privados de los distritos, con aforos limitados y controlados para realizar conciertos y similares. «Solo se prepararan actividades en espacios donde se pueda vigilar al público y siempre que acudan con entrada para garantizar que no se sobrepasan los aforos recomendados», comenta.

La ofrenda que se está preparando será semipresencial. Por un lado se está diseñando una virtual, en la que todo aquel que lo desee podrá hacer entrega de un ramo a la Virgen a través de una aplicación web. Por el otro, desde Zaragoza Cultural están estudiando la posibilidad de que solo acuda una pequeña representación de cada grupo, aunque todavía está todo en el aire, matiza Fernández.

El pregón de fiestas, de celebrarse porque todavía no es seguro, también se haría en streaming pero no desde el balcón, para evitar encuentros en la plaza del Pilar. Lo mismo tendrán que hacer las peñas, que este año se quedan sin desfiles, desde el oficial hasta los espontáneos que amenizan la ciudad durante los Pilares. Tampoco se permitirán las tradicionales actuaciones callejeras, ya que podrían congregar a público a su alrededor de forma espontánea.

El consistorio tiene que trasladar este mes una propuesta al Gobierno de Aragón y a la Delegación del Gobierno de Aragón en la que se especifique qué espacios pueden cumplir con las medidas de seguridad necesarias para albergar actividades.

En esta programación tendrán en cuenta el ocio infantil, dado que los más pequeños se encontrarán de vacaciones y hay que ofrecerles alternativas seguras, explicó la vicealcaldesa. No obstante, toda la programación estará en el aire hasta el último momento, ya que dependerá de la evolución del covid-19.

Los contratos que estaban en vigor para estas fiestas se prorrogarán un año más

El Ayuntamiento de Zaragoza externaliza la inmensa mayoría de los actos de las fiestas del Pilar. Uno de los más importantes es el recinto ferial, donde se prorrogará el contrato con el promotor del Espacio Zity que, por otro lado, había pedido precisamente la moratoria de un año más. Desde la contrata que se encarga de este recinto, con capacidad para 80.000 personas, ya habían dicho que no se podía organizar un evento de estas características por seguridad. La vicealcaldesa, Sara Fernández, ha explicado que se ha hablado con todas las concesionarias para acordar su ampliación otro año más, es decir, para que monten sus instalaciones en el 2021. Según comenta, que no afectará a muchos servicios ya que este año tenían que sacar a concurso la mayoría, sobre todo las relacionadas con la alimentación. Admitió que las pérdidas que ocasionará la suspensión de los actos multitudinarios y de las fiestas como tal serán millonarias. El consistorio ingresó el año pasado un millón solo por las tasas, cánones y patrocinadores. Los ingresos para la ciudad, sobre todo para el sector hoteleros y hosteleros, son millonarios cada año.