La pendiente de la curva tercera ola es mucho más pronunciada que la segunda. Los contagios se expanden el doble de rápido, espoleados por la relajación navideña y el frío, y al ritmo actual la incidencia superará el próximo lunes el pico máximo de la fase anterior, situado en 529 casos por 100.000, pero no se quedará ahí. Seguirá creciendo porque las nuevas medidas implantadas en las comunidades autónomas a partir del pasado 7 de enero aún no habrán tenido tiempo de hacer efecto. Habrá que ver hasta cuando.

Este es el diagnóstico que hacen la mayoría de expertos a los vista de los indicadores publicados por el Ministerio de Sanidad en lo que va de semana, aunque Fernando Simón apuntara el lunes una visión algo diferente. Según el portavoz técnico del Gobierno en la pandemia “los datos no evolucionan tan rápido como en la segunda ola”. Basta observar las dos curvas del gráfico referidas a la media de España y comprobar cuanto han tardado ambas en pasar de los 189 casos a los 454 registrados este martes, para comprobar que no es así. La segunda oleada tardó dos meses (entre el 28 de agosto y el 28 de octubre) mientras que a la actual le ha sido suficiente uno para escalar a la misma cota.

Simón quizás fue víctima de su tendencia a ver el vaso siempre medio lleno como él mismo admitió el lunes. “Después de tantos días compartiendo la televisión con ustedes ya se han podido dar cuenta de que tiendo ser más optimista de lo que debiera”, dijo en un sorprendente reconocimiento para alguien que toma la temperatura del virus y la transmite a la población casi a diario.

Las señales de alerta se multiplican

Las señales de alerta máxima se multiplican cada día que pasa. Los contagios diarios han rondado por segunda día en una semana el máximo absoluto de la pandemia que marcó el 30 de octubre. Este martes la cifra se ha elevado a 5.438, a solo 157 de ese negativo récord. El lunes pasado marcó, ese sí, el récord absoluto de la pandemia para los datos de un fin de semana: 61.422 nuevos contagios.

Extremadura ha superado el listón de los mil casos por 100.000 habitantes mientras Madrid ha triplicado su incidencia en solo un mes y ya supera los 600. Catorce de las 17 autonomías superan los 300.

Pero donde se dirigen todas las miradas es hacia los hospitales. Desde el día de Nochebuena, el número de hospitalizados ha pasado de 10. 744 a 17.645, casi siete mil más y el de ingresados en uci de 1.907 a 2.651, 700 enfermos más en estado crítico. Las alertas lanzadas desde múltiples hospitales por médicos y enfermeras no cesan. Y el mayor aluvión llegará en las próximas dos o tres semanas, según reconoció el epidemiólogo del Gobierno.

El número de fallecidos no induce tampoco al optimismo. Las comunidades autónomas han reportado en sólo cuatro días 809, de los cuáles 401 corresponden al martes.

La nevada ayudará

¿Motivos para la esperanza? A corto plazo pocos. Sí hay un factor inesperado que puede contribuir a frenar los contagios. La nevada. Este martes lo ha reconocido Salvador Illa en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros. “Tiene (la nevada) un efecto positivo. Al haber menos movilidad se producen menos contagios”, ha respondido a un pregunta de si las aglomeraciones en estaciones y aeropuertos no habrían agravado la pandemia.

Madrid, la autonomía más damnificada por el temporal puede ser a la postre la más beneficiada. La gente en casa, las escuelas suspendidas toda la semana, las empresas a tope con el teletrabajo y las tiendas y bares al ralentí. Será muy interesante comprobar la evolución de la epidemia especialmente en esta región dentro de dos semanas. Si mejora mucho, el tanto se lo apuntará sin duda Isabel Díaz Ayuso, aunque la mejoría habrá caído en realidad del cielo.

Porque ni Madrid contempla un confinamiento domiciliario parecido al de marzo o al que aplican otros países europeos y muchos expertos reclaman ni el Gobierno se lo permitiría. El ministro de Sanidad ha reiterado por enésima vez en pocos días su rechazo a esta medida. En su opinión, para controlar el incremento de contagios detectado en las últimas semanas basta con aplicar las medidas "que tuvieron éxito" durante la segunda ola y que están contempladas en el decreto del estado de alarma y en el plan con indicadores de riesgo y medidas comunes aprobado en el Consejo Interterritorial el pasado otoño.

"Ya sabemos cómo hay que doblegar [la curva] y no contemplamos ninguna medida adicional de confinamiento sino las medidas que tuvieron éxito en la segunda ola", ha subrayado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Medio millón de británicos

Al margen de que la tercera ola acelera con más rapidez que la segunda hay que tener en cuenta la amenaza latente de la llegada de la variante británica. Simón descartó el lunes que esté influyendo en el actual crecimiento exponencial y excluyó que en el futuro sea una amenaza más que marginal, aunque luego reconoció que puede llevar ya entre uno o dos meses circulando por España.

En Inglaterra sus efectos demoledores empezaron a notarse a partir de los dos meses de su primera detección. “Entre agosto y noviembre han llegado casi medio millón de personas a España desde Inglaterra e Irlanda, también muy afectada, apuntó ayer el economista Miguel Sebastián. Illa ha anunciado que se prorrogan 15 días más las restricciones a los viajeros procedentes del Reino Unido.