Estos días que se echan tanto de menos los abrazos, Pablo Casado cree que Pedro Sánchez quiere darle uno, pero no de los de verdad, sino de los que esconden alguna trampa, un abrazo del oso para socializar los errores cometidos por el Gobierno en la gestión de la pandemia.

Así lo explica un dirigente autonómico del PP al comentar la posición de su partido ante la mesa de reconstrucción económica y social que el Gobierno quiere activar la próxima semana. En principio, Sánchez cuenta con una mayoría amplia de grupos parlamentarios que están dispuestos a sentarse para pensar en las reformas necesarias a medio plazo para que España logre superar los desgarros provocados a todos los niveles por la crisis del coronavirus. Sin embargo, Casado, que mantendrá una reunión telemática con Sánchez este lunes a las once, no tiene ninguna intención de sentarse a pactar nada fuera del Congreso, aseguran fuentes de su dirección. El líder del PP quiere que cualquier acuerdo se alcance en la Cámara baja. Así se lo dirá al presidente del Gobierno en la videoconferencia.

"Con luz y taquígrafos"

La estrategia del dirigente conservador, concretan fuentes de su cúpula, es sacar a a Sánchez de su zona de confort en la Moncloa. No es justo que hable desde la atalaya que supone estar en la presidencia. Tenemos que evitar que nos intente colocar en una posición de intrascendencia, al lado del resto, y debemos poner condiciones, añaden.

El líder del PP subrayará que quiere pactar con luz y taquígrafos en el Congreso, donde ya hay o pueden crearse, en su opinión, órganos parlamentarios para encauzar las negociaciones. Los populares citan cinco: una comisión de seguimiento de la crisis del covid-19 que han solicitado para acordar el plan de choque sanitario; una comisión general de comunidades autónomas en el Senado (convocada a petición de los conservadores) para mejorar las políticas sociales; la ponencia del Pacto de Toledo para debatir la sostenibilidad de las pensiones ante el desplome de las cotizaciones; la subcomisión del pacto educativo que podría organizar la vuelta a las aulas e impulsar la digitalización ante posibles rebrotes del virus, y la Conferencia de Presidentes, que Sánchez convoca cada fin de semana desde mediados de marzo. En este último órgano, los populares consideran que se debería acordar el refuerzo de los servicios sanitarios, la atención a mayores, la ampliación de las rentas de inserción y las ayudas a empresas para mantener empleos.

Este es el guión que, según fuentes del gabinete de Casado, llevará a la Moncloa y donde también volverá a reclamar que se haga antes que nada un pacto por las mascarillas para organizar bien las compras de material de protección para proteger a los sanitarios y los trabajadores. El líder del PP también espera ser informado de qué tipo de estado de alarma será el que se prorrogue el día 26, por si implica medidas nuevas. El PP lleva semanas denunciando la unilateralidad de Sánchez a la hora de tomar medidas para frenar los contagios y la escasa frecuencia de los contactos entre el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición.

Casado, aseguran miembros de su gabinete, es "muy escéptico" sobre la mesa de reconstrucción, que el Gobierno quiere dividir a su vez en tres: la política, otra de comunidades y Federación de Municipios y Provincias y la de los agentes sociales. El líder del PP rechaza coincidir en ningún instrumento político con ERC, Junts per Catalunya y Bildu, tres de los partidos que se han mostrado abiertos a sumarse al diálogo.

Ciudadanos y Vox

En Génova, según fuentes de la dirección, no preocupan, al menos por ahora, ni la posición proactiva de Ciudadanos ni la combativa de Vox, que no ha querido participar en la ronda de Sánchez. Consideran que es muy difícil que Inés Arrimadas retome el vuelo cuando su partido ha caído al 7 y no tiene músculo territorial y creen que Vox podrá sacar rédito de la crisis económica pero no, ahora, de la sanitaria.