El coronavirus y la necesidad de priorizar los recursos y la atención a los enfermos ha repercutido fuertemente en las listas de espera de Aragón, que se han disparado hasta aglutinar a 7.176 personas en la demora de más de seis meses. El dato, correspondiente a abril y publicado este viernes por la web del Salud, era esperado, ya que la actividad quirúrgica cesó por completo y tan solo se han realizado operaciones estrictamente urgentes. En este sentido, la consejera de Sanidad, Sira Repollés, ya anunció ayer jueves en el pleno de las Cortes de Aragón que van a preparar "un plan específico" para reducir las listas de espera.

Por especialidades, Traumatología siempre ha sido la que más pacientes ha tenido, pero ahora su cifra se ha incrementado (en marzo tenía 1963 personas) y son 2.548 los que figuran en su lista de espera. Le sigue Cirugía General y de Digestivo, que registra ahora 1131 pacientes frente a los 783 de marzo; y Oftalmología, cuyo crecimiento es muy elevado al pasar de 395 en marzo a los 1.274 de abril.

Las otras especialidades que también registran datos de tres cifras son Neurocirugía, donde hay 558 personas ahora pendientes de ser operadas desde hace más de seis meses, mientras que en Otorrinolaringología el número es de 365. Urología (376), Angiología y cirugía vascular (315), Cirugía Maxilofacial (214), Pediátrica (198), Cirugía Plástica (151) también están en este grupo.

La repercusión del coronavirus también se deja notar en intervenciones que, habitualmente, no tienen apenas lista de espera. Es el caso de Cirugía Cardiaca, que ahora registra 18 pacientes o Torácica, con 4.

Los más de 7.100 pacientes que actualmente figuran en las listas de espera son una repercusión directa del cese de la actividad programada durante el mes de abril. Sin embargo, ya en marzo se pospusieron intervenciones una vez que se acrecentó la crisis sanitaria y eso ya repercutió entonces en los datos. En marzo el número fue de 4848 pacientes en situación de demora, por lo que el incremento en abril ha sido de 2.238 personas más hasta alcanzar las 7.176.

En comparación con enero (había 3.808), la subida de las listas de espera actual es de un 88% y, aunque en febrero (3478) hubo un descenso, en marzo las cifras ya empezaron a crecer como consecuencia de las medidas tomadas.

Este mes ya ha vuelto la actividad

Fuentes del Departamento de Sanidad han precisado que el incremento se debe a "un doble efecto". Por un lado, las personas incluidas en el registro de demanda quirúrgica "han seguido acumulando tiempo de espera debido a la paralización de la actividad" y, consecuentemente, al realizarse muy pocas intervenciones quirúrgicas programadas "la selección de las mismas no ha sido en función de su demora, sino de su patología y la necesidad de los pacientes de ser intervenidos para evitar consecuencias o secuelas irreversibles", han apuntado.

Durante este mes de mayo los hospitales aragoneses han ido incrementando la actividad quirúrgica, paralizada casi en su totalidad en abril, mes en el que se registró el pico de la epidemia. "En este periodo los centros se limitaron a intervenciones urgentes, oncológicas y preferentes", han añadido desde Sanidad. Según los datos, el abril se realizaron solo un 11% de las intervenciones habituales en un mes ordinario. "Si bien la programación en los diferentes centros va en aumento, la actividad sigue estando condicionada a la evolución epidemiológica de los casos de coronavirus en la comunidad. El propio ritmo quirúrgico está sujeto a las medidas de seguridad necesarias antes de cada operación, como la necesidad de realizar pruebas diagnósticas de covid antes de cada intervención y al uso de equipos de protección individual", han apuntado desde la consejería.

Concertaciones

En cuanto a las medias previstas, el Departamento de Sanidad ya están elaborando un plan de acción de reducción de la lista de espera que se iniciará con una programación específica para el periodo estival y establecerá criterios de priorización de las intervenciones, en función de la patología, además de continuar la actividad concertada con las clínicas privadas, teniendo en cuenta las posibilidades y capacidad de los centros.