Italia ha vuelto a sufrir este martes un mazazo de las cifras de la pandemia de coronavirus que se está cebando particularmente en su territorio, después de que en los dos días anteriores se estabilizara el número de muertos y contagiados.

Según el balance diario del servicio de Protección Oficial, en las últimas 24 horas se han registrado 743 muertes (frente a las 601 del lunes) y los contagios han crecido en 5.249 casos (4.789 el lunes). Un dato positivo se encuentra en la cifra de pacientes recuperados: en un solo día han sido dados de alta 894 enfermos (el día anterior, fueron 408). En total, Italia contabiliza 6.820 muertos y 69.176 casos de covid-19.

Los "invisibles"

Mientas el contagio sigue ampliándose, las autoridades sanitarias y científicas italianas empiezan a interrogarse sobre cómo hacer frente a los casos "invisibles". Andrea Crisanti, microbiólogo de Padua y miembro del Instituto Superior de Sanidad (ISS), estima que los positivos en Italia deberían "ascender a 300.000", de los que 160.000 serían personas con síntomas pero a las que nadie les ha realizado ninguna prueba y 140.000 sin síntomas. Crisanti ha propuesto que "se realicen la mayor cantidad posible" de tests.

Su opinión coincide con la de 10 científicos de la revista científica 'The Lancet', que estiman en un 72% los "no identificados" en Italia, es decir dos de cada tres contagiados, que se curan sin ninguna intervención sanitaria, "pero que pueden contagiar a los demás". Otros 10 médicos han escrito en el 'The New England Journal of Medicine' que "la mayor parte de los contagios se han producido en hospitales, ambulancias y entre el personal sanitario". Este martes se contaban en Italia 4.824 sanitarios contagiados (9% del total), mientras que según los datos oficiales en China han sido el 3,8%.

Para "descubrir" a los enfermos invisibles, las autoridades políticas y sanitarias, junto con la Autoridad para la Privacidad, están estudiando la posible instalación obligatoria de una aplicación en los móviles de los que han dado positivo y están en sus casas. La misma serviría para controlar sus desplazamientos y contactos, y eventualmente impedir sus movimientos. Asimismo, el Ejecutivo ha elevado las sanciones a quienes salen de sus casas sin ninguna de las razones previstas por las leyes, es decir sanitarias o laborales.

Por su parte, la magistratura ha abierto investigaciones en diferentes puntos del país para analizar lo que ha sucedido en las residencias para ancianos, que han constituido otro foco de contaminación.

Dos frentes políticos

Desde un punto de vista político, hay dos frentes abiertos. La necesidad invocada por la oposición -conservadora y de derechas— de ser implicada en la gestión de la epidemia, hasta el punto de pretender que se forme un gobierno de unidad nacional para hacer frente a la misma.

El segundo frente son las huelgas, ya empezadas el lunes, en las industrias que los sindicatos consideran como "no esenciales", pero que el Gobierno ha incluido entre las 80 actividades que podrán seguir produciendo. Entre ellas se encuentra la industria aeroespacial.