Las previas habían señalado este martes como el día clave para aclarar el futuro inmediato del fútbol, tras el varapalo que le ha propinado el coronavirus al calendario, y la decisión asumida no es baladí. La Eurocopa queda aplazada un año, hasta el verano de 2021, lo que abre una ventana para que las ligas continentales terminen esta temporada.

En una reunión comandada por el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, y en la que participaron las 55 federaciones de la confederación europea, la asociación de clubes ECA y el sindicato de jugadores FIFpro, se ha decidido sacrificar la Eurocopa, que estaba prevista entre junio y julio en 12 países europeos.

A debate estaban las ligas nacionales y las competiciones de clubes europeas, la Liga de Campeones y la Liga Europa, pero el aplazamiento de la Eurocopa se presentaba como la salvación que esperaban todos para ganarle un mes al calendario y poder cerrar sus campeonatos con un daño limitado.

Pérdida millonaria

El aplazamiento de un año del torneo continental de selecciones supone la pérdida de millones de euros en contratos que tenía suscritos la UEFA, pero que ya entraban en conflicto horario con sus propias competiciones de clubes y con las ligas domésticas.

Cada entidad mira por sus intereses y todos quieren salvar sus contratos, pero el parón es innegociable y de algún sitio tienen que salir los días perdidos en un calendario saturado. La Liga filtró que sus pérdidas, si no se podía reanudar La Liga, ascendería a más de 600 millones de euros, pero desde fuentes cercanas a UEFA se cifra en casi la mitad, unos 300 millones de euros, el perjuicio económico de suspender la Eurocopa.