El coronovirus lo ha cambiado todo. La irrupción de la pandemia ha transformado la vida y los planes de los aragoneses, obligados, en el mejor de los casos, a hacer borrón y cuenta nueva y a revisar el cuaderno de previsiones. La primavera, escenario tradicional de las comuniones, confirmaciones y de gran parte de las bodas que se celebran cada año en Aragón, también se ha visto sacudida por el covid-19, que ha provocado una avalancha de suspensiones y aplazamientos de eventos tan especiales.

La cancelación es generalizada. Al menos, en lo que a la celebración de la Primera Comunión se refiere. Desde las parroquias ya se ha contactado con las familias para desplazar el festejo a septiembre, con la confianza en que, para entonces, la situación se haya normalizado. Sin embargo, desde la Iglesia se asegura que no existe una consigna general, algo que sí hay en otras diócesis españolas. De hecho, en Aragón se siguen celebrando celebraciones familiares -bautizos- aunque pocas y sujetas, eso sí, a las restricciones impuestas por el Gobierno como consecuencia del estado de alarma y el confinamiento. "Aquí no se contempla un aplazamiento general y se estudia cada caso a través de una atención personalizada. Todo queda al criterio del párroco en diálogo con las familias, aunque, en caso de celebrarse, el evento cuenta con un grupo muy reducido de participantes", explica José María Albalad, director de la Oficina de Comunicación de la Iglesia en Aragón. De hecho, recientemente se celebraron tres nuevas ordenaciones diaconales en Zaragoza a puerta cerrada.

Sin embargo, en Tarazona, el obispo sí ha decidido cancelar todas las celebraciones. "Os aconsejo que comuniquéis a los padres y catequistas de los que este año 2020 celebran la Primera Comunión que se aplazan las celebraciones. Estas mismas normas se aplicarán al sacramento de la Confirmación", comunica Eusebio Hernández, obispo de Tarazona, en un comunicado a sus fieles en el que solicita que no se pongan fechas de celebraciones «hasta que pasado este tiempo; párrocos, catequistas y padres os podáis poner de acuerdo en las fechas» aunque deja claro que "los meses de septiembre y octubre serán reservados para las celebraciones de las comuniones".

En el resto de la comunidad, las suspensiones también son mayoritarias. Son los propios contrayentes los que han optado por la cancelación, aunque la Iglesia insiste en que "si alguien quiere casarse puede hacerlo, pero siempre estudiando cada caso y con un grupo muy reducido, en solemnidad, y cumpliendo todas las exigencias de las autoridades sanitarias", incide Albalad. En el caso de las comuniones, el paso se ha dado por parte de las parroquias. Al tratarse de varios grupos, las suspensiones se producen en bloque y es la agenda parroquial la que determina la fecha alternativa para celebrar el sacramento.

El aluvión de cancelaciones amenaza con provocar serias pérdidas económicas a restaurantes, salas de fiesta o empresas de cátering. Torre Mirahuerta, una finca donde se celebran bodas, de momento, acumula ya una decena de aplazamientos. "Hemos optado por suspender ya una decena de eventos y retrasar todo para tranquilidad de todo el mundo. De momento, las que estaban previstas para abril y mayo se trasladan a partir del 6 de junio y hasta noviembre, pasando algunas de sábado a viernes", explica Miguel Ángel Mirahuerta, uno de los propietarios.

En Torreluna también se ha aplazado todo. "Pedimos calma. No sabemos cuándo podremos volver a abrir ni cómo se desarrollará la afluencia de público a estos eventos. Nuestra idea es atender a todos y tener la mano abierta para aplazar o suspender eventos sin que los clientes sufran coste alguno", subraya su gerente, Pedro Bellido, que ya cuenta con medio centenar de cancelaciones entre marzo y abril. "La pérdida económica será asumible mientras podamos trabajar en mayo. Si no es posible, las pérdidas serían colosales", afirma.

Para Bellido, la "nula flexibilidad" de los párrocos a situar las celebraciones en domingo supone, ahora, un contratiempo de envergadura. "Pretendemos concentrar todo en sábado y las familias no van a disponer de restaurantes para las celebraciones. Es imposible que la oferta hostelera de Zaragoza pueda asumir todos los eventos si son en sábado". Torreluna ya tiene todo lleno "de junio a octubre" y las comuniones aplazadas pasarán a partir de la última semana de septiembre.