El covid-19 no es el único virus que amenaza a los ciudadanos de todo el mundo. La pandemia ha llegado acompañada de una "oleada" de informaciones falsas o engañosas en internet, teorías de la conspiración, fraudes con la venta de productos "milagro" y operaciones de Rusia o China para influir, crear confusión y minar la respuesta de las autoridades sanitarias de la Unión Europea (UE). Una situación sobre la que ha alertado este miércoles la Comisión Europea en una comunicación en la que acusa directamente a Moscú y Pekín de orquestar este tipo de actividades y en la que pide a las plataformas digitales informes mensuales sobre la promoción de contenidos fidedignos en la red.

"En tiempos de coronavirus, la desinformación puede matar. Hemos visto desinformaciones diciendo que beber lejía puede curar el covid-19 -Bélgica ha registrado un aumento del 15% en el número de incidentes por la ingestión de lejía- o que lavarse las manos no ayuda", ha puesto como ejemplos el alto representante para la política exterior y de seguridad de la UE, Josep Borrell. Dichos contenidos, admiten, pueden no ser necesariamente ilegales, pero sí pueden poner en peligro muchas vidas y socavar los esfuerzos para contener la pandemia.

Teorías de la conspiración

El informe también se hace eco de algunas teorías de la conspiración y mitos que apuntan al uso de la tecnología 5G o a determinados grupos étnicos o religiosos, como chinos o judíos, como fuente de propagación, y que se han traducido en ataques a infraestructuras o un aumento del racismo y el antisemitismo. También alerta de que el flujo de desinformación sobre una posible vacuna contra el covid-19 "sigue floreciendo" y que probablemente hará "más difícil" su utilización una vez esté disponible.

De hecho, un reciente estudio apunta a que el número de alemanes dispuestos a vacunarse ha disminuido en menos de dos meses en casi un 20%. "El flujo de la desinformación va a continuar y las vacunas serán el siguiente campo de batalla", ha avisado la vicepresidenta de Valores y Transparencia de la Comisión, Vera Jourová.

De ahí la importancia que dan en Bruselas a combatir activamente bulos, mentiras e informaciones engañosas, que en muchos casos están promovidas directamente desde Rusia y China. "Se han involucrado en operaciones de influencia y campañas de desinformación sobre el covid-19 en la UE, su vecindad y a nivel global para socavar el debate democrático, exacerbar la polarización social y mejorar su propia imagen en el contexto del covid19", acusa la Comisión, que sitúa a Italia como uno de los países más afectados de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denominado "infodemia", una inundación de información sobre el virus a menudo falsa o poco fiable. "Tenemos bastantes pruebas para hacer esta declaración. Se basa en evidencias", asegura Jourová.

Verificación de datos

Aun así, la UE no tiene intención de embarcarse en una "guerra fría" y apuesta por dar la batalla con verificación de datos, medios libres y cooperación con plataformas digitales, que siguen multiplicando la eliminación de contenidos. Este es el caso de Google, que ha bloqueado más de 80 millones de anuncios relacionados con el coronavirus a nivel mundial. "Han dado pasos positivos durante la pandemia, pero deben intensificar sus esfuerzos", opina Jourová, que insiste: "Solo sabemos lo que nos cuentan las plataformas". No obstante, señala, "no es suficiente" y "tienen que ofrecer pruebas".

Bruselas espera ahora que todas estas plataformas remitan informes mensuales con datos detallados sobre sus acciones para limitar la desinformación. En este sentido, valoran positivamente la decisión de la aplicación china TikTok de sumarse al código de conducta de buenas prácticas de la UE, suscrito ya por Google, Facebook o Twitter, mientras que siguen las conversaciones con WhatsApp.

Los mensajes de Trump

"No queremos silenciar a nadie, simplemente queremos señalar los hechos dentro de la esfera digital para que las personas puedan acercarse a algo que les permita comparar lo que leen", ha defendido Jourová, que ha puesto como ejemplo los mensajes del presidente de EEUU, Donald Trump en Twitter. "Es un buen ejemplo de lo que apoyamos. Twitter no quitó ninguna información del presidente Trump, sino que añadió hechos y a eso lo llamo pluralidad", ha indicado.

"La democracia es un sistema que funciona en base al conocimiento que tienen los ciudadanos de la realidad para poder juzgar la calidad del gobierno, escoger distintas alternativas que se les ofrecen. Si la información que se les da es falsa sus opiniones se ven falsificadas", ha añadido Borrell.