La crisis provocada por el covid-19 será más profunda y duradera de lo que podría parecer en un primer momento. Al menos con la vista puesta en los informe económicos y las previsiones de deuda. Así, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) detalló ayer que el coronavirus pone en riesgo la sostenibilidad financiera de Aragón y advirtió que la deuda de la comunidad rondará el 25% al cierre del ejercicio. Y a partir de ahí las cosas no irán a mejor, ni siquiera atendiendo a los escenarios más beneficiosos: bajo las previsiones macroeconómicas actuales, los recursos del sistema para el 2021 podrían experimentar una caída de entre el 11% y el 14% respecto a las cuantías abonadas en este ejercicio.

Analizando la estabilidad presupuestaria, desde la Airef estiman que en Aragón se podría alcanzar en al final del año un déficit entre el -0,4% y el -0,7% del PIB, con un impacto del covid-19 compensado por las transferencias del Estado. Este resultado se derivaría, por un lado, de un crecimiento de los gastos sobre el nivel de 2019 entre el 6% y el 7% con aumentos superiores en los gastos corrientes asociados a la pandemia, especialmente sanitarios.

INYECCIÓN PÚBLICA / Estas cifras serían mucho más adversas si no se esperara una inyección pública. Así, se prevé un aumento en los ingresos del 11%, condicionado por las transferencias estatales, tanto del sistema de financiación como del Fondo covid-19, con lo que su peso en el PIB aragonés aumentaría entre 3,1 y 3,5 puntos. Sin un golpe como el de la pandemia internacional, el saldo que previsiblemente hubiera alcanzado la comunidad al cerrar el 2020 sería del -0,7% del PIB actualmente estimado.

Partiendo del nivel de deuda publicado para la comunidad al cierre del 2019 (que era del 21,7%, dos puntos porcentuales por debajo del conjunto del subsector) el nivel estimado para este año podría aumentar entre 3,2 y 4,3 puntos porcentuales, afectado tanto por las consecuencias de los confinamientos como por otro tipo de efectos fiscales. Entre los efectos ajenos a la pandemia, se encuentra la devolución de las liquidaciones negativas 2008/2009 y las necesidades de financiación de déficits generados en ejercicios anteriores.

FLEXIBILIZAR / En todo caso, la situación, por mala que parezca, es prácticamente inevitable. Por esta razón desde el Gobierno de Aragón se ha pedido en numerosas ocasiones al Ejecutivo de Pedro Sánchez que se tenga en cuanta la realidad de la situación social para flexibilizar las frías tablas de cálculo. La reflexión es sencilla: hace falta superar las reglas de gasto cuando en todos los ámbitos la pandemia ha supuesto un revés a las previsiones realizadas hace solo unas semanas.

El otro frente de batalla se encuentra en la Unión Europea, en este caso son las entidades sociales las que reclaman que no se repita un escenario como el de la crisis económica del 2008 en la que los rescates a entidades financieras se computaron como deuda, hipotecando muchas de las políticas necesarias para garantizar la equidad entre personas condicionando las políticas futuras.

No solo la Airef ha detectado en los informes esta tendencia a la baja, que se comparte con todas las comunidades autónomas. El boletín de coyuntura de la Fundación Basilio Paraíso, que también se presentó ayer, prevé una caída del PIB de la economía aragonesa del -12,8%. Además, el hecho de que el problema sanitario no esté resuelto impide recuperar los niveles previos a la crisis, lo que no se produciría hasta al menos el próximo 2022.

La previsión adelantada por esta entidad habla de una caída del PIB de la economía aragonesa del -12,8% en lo que queda de año y una recuperación del 7,5% para el próximo ejercicio, mientras que en el conjunto del Estsado ambas cifras serían del -12,6% y 7,4%, respectivamente. Algo mejores, pero también de difícil gestión.

MERCADO DE TRABAJO / La consecuencia de estas caídas para el mercado de trabajo es que la tasa de paro aumentaría este año hasta el 15,71% en Aragón y el 19,39% en España. Todo ello en un entorno en el que la caída de los precios de las materias primas, en especial del petróleo, ha hecho que la tasa de inflación interanual se sitúe en valores negativos tras ser nula en marzo, del -0,7% en abril, del -1% en mayo y del -0,3% en el mes de junio.

La situación ahora depende en gran medida de un pacto conjunto global todavía por debatir. Y mientras, la abrupta caída del crecimiento económico, junto con el deterioro del saldo fiscal a partir de 2021, supondrán un aumento en el nivel de riesgo de sostenibilidad financiera de Aragón.