Los agentes aragoneses del mundo de la cultura lanzaron ayer un mensaje de socorro y reclamaron a la administración un plan de choque para intentar minimizar las pérdidas económicas que va a generar el cierre temporal de los diferentes espacios culturales por la crisis del coronavirus. Aseguran que esta es la situación más grave que les ha tocado vivir y advierten que si no llegan apoyos por parte de las instituciones y el cierre se demora en el tiempo, el futuro de algunas compañías teatrales, programadores o salas de música corren un serio peligro. «Si no se toman medidas peligra la viabilidad de las empresas del sector, que irán a la insolvencia, y con ellas muchos empleos», asegura María López Insausti, presidenta de la asociación Aragón Escena (Ares), que aglutina a 16 empresas y cuatro espacios escénicos de la comunidad.

En este sentido, lo que piden los agentes del ámbito cultural aragonés es que su sector sea tratado igual que el resto de actividades. «Estamos viendo que el Gobierno ya ha anunciado apoyos para el turismo o el transporte, pero a nosotros ni se nos nombra y vamos a estar igual de afectados», lamenta la presidenta de Ares, que también es gerente del Teatro de las Esquinas.

En los últimos días, el goteo de cancelaciones ha golpeado a todos los espacios culturales, privándoles, en muchos casos, de su única fuente de ingresos: la taquilla. Sin embargo, durante este parón las empresas del sector van a tener que seguir haciendo frente al pago de nóminas, los créditos bancarios y los gastos corrientes (alquileres, luz...).

Así, lo que van a solicitar Ares y otros agentes aragoneses, en línea con lo que están pidiendo las asociaciones nacionales y autonómicas del sector, son líneas de créditos blandos o que, por ejemplo, el Gobierno se haga cargo de parte del coste de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Para ello, será esencial que el sector pueda acogerse «sin ningún tipo de traba» a las causas de fuerza mayor en beneficio de los trabajadores y del mantenimiento de las empresas. No hay que olvidar que está en juego el futuro de artistas, técnicos, productores, distribuidores, personal de sala, creadores...

Sin duda, las más golpeadas serán las empresas con cierta estructura. Es el caso del Teatro de las Esquinas, con 53 trabajadores, o el Teatro Arbolé, con una docena. «En estos momentos, y hasta el 13 de abril, hemos cancelado 33 funciones, lo que, en términos económicos, nos va a suponer de momento unas pérdidas de 39.000 euros», indica el gerente de Arbolé, Esteban Villarrocha, que asegura que esta es la situación más grave en sus 40 años de historia. «Aún no sabemos si todo esto supondrá el cierre definitivo porque además el seguro nos ha dicho que no se hace cargo», apunta.

Obviamente, todo dependerá de si esta situación se alarga mucho en el tiempo. «Si esto dura hasta mayo sería catastrófico», indica López, que añade que ya han enviado a la consejería de Cultura de la DGA sus propuestas. De hecho, la asociación Ares prevé reunirse el próximo lunes con el departamento que dirige Felipe Faci.

Lo que tampoco acaban de entender los agentes culturales es que la administración pública no haya dado ninguna directriz de cómo actuar ante esta situación. «Hemos tenido que ser los propios grupos y programadores los que, por responsabilidad, hayamos cancelado los conciertos; es demencial», lamenta Sergio Vinadé, gerente del Centro Musical Las Armas. Por el momento han suspendido su actividad durante dos semanas. «No sé si todos podremos superar esta situación si la cosa se alarga», indica Vinadé, que reconoce que intentarán aplicar un ERTE entre sus 20 empleados directos.

También 15 días, «a priori», se ha suspendido la programación en La Casa del Loco. «Esperemos que al menos esto sirva para que las administraciones se den cuenta de que somos las salas y las empresas locales las que mantenemos la vida cultural en la ciudad y nos valoren más a la hora de futuras contrataciones públicas y no se traiga a gente de fuera», concluye Chema Fernández, director de Antípodas Producciones y programador de conciertos en La Casa del Loco.