Después de varios días de intenso debate en Washington, las autoridades sanitarias de Estados Unidos han recomendado a la población que se cubra la cara cuando salga a la calle, particularmente en las comunidades más afectadas por la pandemia de coronavirus. El Centro de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) ha especificado que se pueden utilizar tanto mascarillas de tela como prendas de ropa, desde bufandas a pañuelos, para cubrirse la nariz y la boca. La distinción pretende evitar que la ciudadanía recurra a las codiciadas mascarillas quirúrgicas y las N95, reservadas para el personal sanitario y de emergencia. El presidente Donald Trump ha precisado que el uso de las mascarillas es "voluntario", antes de añadir que él mismo no piensa ponérsela.

“Pueden hacer cómo quieran. Yo prefiero no hacerlo, es solo una recomendación”, ha afirmado el líder estadounidense durante la rueda de prensa vespertina de los mandos a cargo de la emergencia sanitaria. Las palabras de Trump encapsulan el modus operandi de la Casa Blanca en esta crisis, una crisis en la que el presidente no deja de contradecir o ignorar a sus autoridades sanitarias. “No me acabo de ver sentado en el Despacho Oval, detrás de la hermosa Mesa Resolutiva, llevando una máscara en la cara mientras recibo a presidentes, primeros ministros, dictadores, reyes y reinas. Simplemente, no me veo”, ha dicho Trump. No está claro, sin embargo, a qué dirigentes se refiere porque las visitas de Estado se han suspendido desde que tomara cuerpo la epidemia.

EEUU superó el viernes los 272.000 contagios y las 7.000 muertes por covid-19. La jornada marcó un nuevo hito al rebasarse por primera vez el millar de fallecidos en un solo día. Casi el 96% de la población ha recibido ya órdenes de confinamiento, aunque ocho estados se resisten por el momento a decretarlas.

Estudios médicos

El cambio de postura del CDC responde a los últimos estudios médicos, que han confirmado que hasta un 25% de personas infectadas por el nuevo coronavirus no llegan a desarrollar ningún tipo de síntomas, pero aun así son capaces de propagar el patógeno respiratorio. “Esto significa que el virus puede propagarse entre personas que interactúan a poca distancia (por ejemplo, al hablar, toser o estornudar), incluso entre que aquellos que no exhiben síntomas”. Hasta ahora, fuera del entorno sanitario, el CDC solo recomendaba las mascarillas a los pacientes que hubieran contraído el covid-19 o aquellos que cuidan de personas contagiadas.

La efectividad de estos protectores, particularmente las mascarillas no homologadas, siguen estando en cuestión. Hace menos de una semana el Cirujano General de EEUU, el doctor Jerome Adams, pidió a la población en las redes sociales que dejara de comprarlas. “No son efectivas a la hora de prevenir que la población coja el coronavirus, pero si los sanitarios no pueden acceder a ellas para cuidar de los enfermos, los pone a ellos y a nuestras comunidades en peligro”. Eso fue hace unos días porque, este mismo viernes, un estudio publicado en la revista ‘Nature' afirma que las mascarillas quirúrgicas planas reducen significativamente las probabilidades de contagio, al bloquear la saliva de las personas contagiadas que las llevan.

La Organización Mundial de la Salud sigue manteniendo que las mascarillas homologadas deben reservarse para el personal sanitario, dado que en países como EE UU sigue habiendo verdaderos problemas para satisfacer las necesidades de los hospitales. Pero este viernes afirmó que respaldará a los gobiernos que recomienden otras alternativas entre la población. “Hay circunstancias en las que el uso de las mascarillas, tanto caseras como hechas con ropa, podría ayudar como una medida más para responder a la enfermedad”, dijo el director del programa de emergencias de la OMS, el doctor Michael Ryan.