España se sitúa a la cola de Europa en ayudas a sus empresas para hacer frente a la crisis del coronavirus ante el escaso margen fiscal de su economía. El Gobierno salió al socorro de las compañías al inicio de la pandemia con ayudas horizontales como moratorias de impuestos para pequeñas empresas o suspensiones temporales de empleo. El mecanismo principal para asegurar la liquidez ha sido una línea de avales públicos de hasta 100.000 millones de euros para préstamos a empresas del ICO, pero ni rastro de inyecciones de dinero directo a las empresas.

Esta línea de avales se va desembolsando en tramos de 20.000 millones de euros y ya se han alcanzado los 84.500 millones. El Estado garantiza el cobro del 80% de los préstamos a pymes y autónomos y de entre el 60% y el 70% al resto de empresas, pero sin exigir a cambio ningún tipo de contrapartida. Además, se trata de una medida especialmente dirigida a pequeñas y medianas empresas. Solamente se conocen algunos nombres de grandes compañías como Iberia o Vueling que se han enganchado a esta ayuda con 750 y 260 millones de euros, respectivamente.

Unas cifras que poco o nada tienen que ver con los miles de millones que los países vecinos destinan a sus aerolíneas de bandera. Los avales del ICO contaban hasta el pasado martes con 394.543 operaciones, el 98% realizadas con pymes y autónomos, que han movilizado avales por valor de 39.631 millones de euros y han inyectado 50.922 millones al tejido productivo.