Cuando se cumplen justo dos semanas desde que Aragón registró su primer caso positivo por coronavirus el pasado viernes 6 de marzo, la expansión del virus y la crisis sanitaria y económica que ha traído bajo el brazo se han instalado como único tema de conversación y como el principal foco de preocupación en muchos centros de trabajo aragoneses. En la mayoría, porque la exigencia del cierre para «doblegar la curva» lastrará su economía. Y entre los que continúan al pie del cañón al considerarse «servicios de primera necesidad», porque sus trabajadores no tienen la certeza de estar bien protegidos frente al contagio.

Desde el personal sanitario hasta los abogados, taxistas, conductores, dentistas, cajeras, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, trabajadores de la industria, repartidores o carteros han denunciado en público y a través de las redes sociales que se sienten «desprotegidos» por la falta de medios para hacer frente al virus. Una escasez que también se reconoce desde las administraciones, que ya han hecho llamamientos a empresas y organizaciones para recibir donaciones de material sanitario, como mascarillas, guantes, gafas y batas.

Sin embargo, la situación en Aragón es ahora algo mejor respecto a la pasada semana. La comunidad está a la espera de recibir las 20.000 mascarillas por parte del Ministerio de Sanidad procedentes de China. Su criterio de distribución se establecerá gracias a los sistemas centralizados de los que dispone el Salud y que van informando sobre el estoc y la disponibilidad de material en los centros. «Sabemos cada día cuál es la dotación en cada uno de los centros salud y en los servicios de los hospitales. Todo se repartirá, también el material de protección individual, en función del uso», matizó ayer Javier Marión.

En este sentido, el gerente del Salud apuntó que «en estos momentos hay suficientes equipos de protección» para que, «utilizados de manera correcta y eficiente», se pueda contar con uno de ellos allá donde se necesite. «Siguiendo siempre las recomendaciones de Prevención de Riesgos Laborales», dijo Marión.

Por su parte, el presidente de Aragón, Javier Lambán, señaló que desde CEOE y Cepyme trasladaron al Gobierno de Aragón su preocupación por la «escasez de material que, poco a poco, vamos solucionando», y que, en este sentido, van a intentar mejorar la situación en las próximas semanas. «Dotaremos de equipos de protección individual, respiradores y guantes porque no solo los usa el personal sanitario, también centros sociales, ayuntamientos y entidades privadas», indicó el presidente.

RESPUESTA CIUDADANA

Pero la escasez de materiales ya ha movilizado a la sociedad, que se ha lanzado a coser mascarillas para donarlas a servicios sanitarios u otros que requieran de protección, aunque su eficacia frente al virus no esté clínicamente demostrada, y el protocolo recomiende la utilización de mascarillas con filtro FFP3.

Desde el propio ámbito sanitario han surgido iniciativas, como la campaña de micromecenazgo a través de internet promovida por la doctora e investigadora de la Universidad de Zaragoza Isabel Iguacel para financiar el envío de materiales de protección desde China. Ópticos, dentistas y fisioterapeutas también han denunciado que, pese a contar con su material habitual de protección, como mascarillas quirúrgicas, estas no son suficientes en el caso de enfrentarse a pacientes que puedan ser portadores del covid-19, puesto que las distancias para realizar sus tratamientos son «mínimas» y a menudo suponen la secreción de líquidos. Por eso, muchos han restringido sus consultas solo a casos «urgentes» y otros han optado por cerrar sus clínicas.

En el caso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, también se han producido denuncias por la escasez del material de protección con el que cuentan, pese a tratarse de una de las profesiones que más se expone al contagio al estar en mayor contacto con personas.

Donde el contacto entre personas y el trasiego de pasajeros es constante es en la red de transporte público, donde también sus trabajadores han exigido a las contratas y, en particular, al Ayuntamiento de Zaragoza, la dotación del equipo de protección correspondiente y la desinfección de los vehículos. El alcalde de la capital aragonesa, Jorge Azcón, mostró su predisposición a poder adquirir estos equipos, si bien reconoció las «dificultades» de acceder a ellos por la carencia generalizada detectada en todo el país. No obstante, ya han efectuado un reparto de mascarillas y guantes entre los efectivos de la Policía Local, el albergue municipal o el Banco de Alimentos.

Los supermercados son, además de los pocos comercios que tienen derecho a seguir abiertos, un foco habitual de concentración de personas, si bien se intentan regular los aforos para evitar las aglomeraciones y, por tanto, la propagación más fácil del virus. Sus trabajadores se encuentran entre los más expuestos al contagio, por la cantidad de gente que pasa por las instalaciones así como por el contacto constante de productos con las manos y la dificultad de mantener las distancias de seguridad. También los repartidores de paquetería o de comida a domicilio se exponen estos días, de portal en portal y de puerta en puerta, con la difícil tarea de evitar el contacto personal ante el riesgo de «contagiarse o contagiar a otros».

Dos semanas después de que el virus llegara a Aragón, el pico de la epidemia no ha llegado. Pero sí la preocupación ante posibles contagios y la incertidumbre de si el encierro servirá para frenar la curva. De momento, instituciones y sociedad civil siguen trabajando para intentar tener los medios necesarios para todos.

ANÁLISIS POR SECTORES DE ACTIVIDAD

Ópticos y dentistas: Trabajando a medio gas y en servicios mínimos

Los dentistas y oculistas trabajan -los que todavía no han cerrado-, a medio gas. Cumplir con la premisa de mantener la distancia de seguridad es imposible y aunque utilicen medidas de protección no es certero que se eviten los contagios. Por este motivo, Central Óptica, de Zaragoza, ha decidido cerrar desde hoy. «No podemos garantizar la seguridad ni de los clientes ni de los trabajadores», explica Marisol Manzano. En esta óptica, donde hay marcas en el suelo para respetar las distancias, llevan días sin ajustar gafas o sin enseñar cómo se deben poner unas lentillas. «Estamos atendiendo lo mínimo y lo hacemos con mascarillas y guantes que nos hemos comprado nosotros». En el caso de la Clínica Dental Doctor Carlos Bella sus empleados solo atienden urgencias y tratamientos que ya estaban iniciados. «Trabajamos con doble mascarilla, guantes y pantallas, pero aún así estamos en servicios mínimos», explican. En ambos casos admiten que han sido los propios usuarios los que desde hacen días han ido anulando sus citas.

Personal sanitario: Llegan más equipos de protección “bajo control”

El personal sanitario fue el primero en alertar de la escasez de equipos de protección individual pese a tratarse de uno de los colectivos de mayor riesgo de contagio al estar en contacto con pacientes que sufren la enfermedad o que son sospechosos de estar contagiados. No obstante, fuentes consultadas por este diario aseguran que la situación «ha mejorado» respecto a la pasada semana, cuando «tratábamos pacientes sospechosos de dar positivo sin protección específica». Ahora, los hospitales cuentan con más medios, como mascarillas, gafas o batas, si bien, están sometidos a un «estricto control y no todos los profesionales tenemos acceso a ellas», aseguraron estas mismas fuentes. De hecho, muchos profesionales sanitarios han optado por comprar sus propias mascarillas y pantallas protectoras, con el fin de sentirse «más protegidos». «A nosotros nos trajeron batas de una ferretería cercana, y hemos comprado mascarillas y gafas», indicaron desde un centro de atención continuada de la provincia de Zaragoza.

Conductores de bus, tranvía y taxi: De lado a lado y sin medios de prevención

Los conductores del autobús urbano de Zaragoza y los del tranvía siguen reclamando a las contratas municipales que les proporcionen mascarillas para desempeñar sus funciones. Desde el comité del Urbos 3 denuncian que la empresa «no permite a los revisores trabajar con mascarillas, solo con guantes». Denuncian que así «pueden contagiarse y contagiar». Además de los geles de manos que ha facilitado la concesionaria Los Tranvías, solicitan que se faciliten mascarillas a todos los empleados y que se desinfecten las cabinas, algo que, aseguran, no se hace. «Se limitan a limpiar los convoy, pero por las cabinas pasamos varios conductores», critican. La plantilla del bus lleva días reclamando a Avanza lo mismo: mascarillas, además de diversas medidas que ya han ido poniendo en marcha para aislar al máximo al conductor del resto de pasajeros. Por otro parte, desde la Asociación de Taxis han repartido 30 litros de desinfectante, gel de manos y mil pares de guantes. Cada uno tiene que buscarse sus propias mascarillas.

Fuerzas de Seguridad del Estado: La Policía, mejor dotada que la Guardia Civil

La crisis del coronavirus también está demostrando las diferencias existentes entre la Policía Nacional y la Guardia Civil. El primero, según señalan sindicatos como el SUP o Jupol, cuenta en estos momentos con material de prevención como mascarillas, guantes, geles higienizantes y equipos de protección individual. No obstante, señalan que no son reutilizables y que «no hay que acomodarse porque puede haber un momento en el que haya carestía». Por el momento, comisarías, agentes que realizan los controles en la calle e incluso los pertenecientes a unidades de investigación cuentan con este material. Diferente ha sido el abastecimiento recibido por la Guardia Civil. La AUGC remitió quejas tanto a la Delegación del Gobierno en Aragón como a las comandancias porque consideran que son insuficientes. Ponen como ejemplo que hay puesto con 13 agentes en los que solo han recibido cuatro mascarillas. También solicitan que se hagan grupos cerrados de trabajao para evitar contagios.

Banca y 'Call centers’: La situación mejora tras días de cierta indecisión

Todas las entidades financieras del país han hecho un llamamiento en los últimos días para que sus clientes utilicen los canales digitales y eviten las visitas a las sucursales. Ibercaja no es una excepción. Además, el banco aragonés lleva días implementando el protocolo y manteniendo la distancia de seguridad entre trabajadores y clientes. En las oficinas con más de ocho empleados, el 50% de la plantilla trabaja desde casa. Con todo, a los sindicatos de la entidad les hubiera gustado que estas medidas hubieran llegado un poco antes, aunque reconocen la difícil situación. Así, estos días están llegando a las oficinas las primeras mamparas, que se instalarán a todas las sucursales, «sobre todo para los puestos de caja». Los ánimos también están más calmados en los call center que Majorel tiene en Zaragoza. El comité tuvo que denunciar la situación ante Inspección de Trabajo para que se tomaran medidas de prevención. Ahora, parte de la plantilla teletrabaja, dejando más espacio en la oficina y hay cascos individualizados.

Empleadas del hogar: Los despidos aumentan y el material no llega

La llegada del covid-19 ha afectado con gran fuerza a un sector que ya anteriormente estaba poco visibilizado y que contaba con una gran carga laboral poco reconocida económicamente. Ahora, muchas de ellas, debido a que el 97% son mujeres, han sido despedidas debido a que se encargaban de la limpieza de los hogares en los que ahora están los dueños las 24 horas del día debido al confinamiento establecido.

Algunas han conseguido quedarse como internas o seguir trabajando en establecimientos que sí que siguen abiertos y es por eso por lo que desde la Asociación de Empleadas del Hogar transmiten sus quejas ante la falta de material necesario para hacer su trabajo en condiciones de protección, tanto para ellas como para las personas que cuidan. El colectivo hace un llamamiento a las autoridades para que les faciliten el material y poder evitar así más despidos ya que «si en una situación normal las condiciones laborales estaban lejos de las de otro empleado, en la actual son todavía más vulnerables».