Los tenistas, técnicos, árbitros y personal de la organización que lleguen este jueves a Melbourne para participar en el Abierto de Australia deberán someterse a una cuarentena en la que se les obligará a someterse a frotis diarios de nariz, boca y saliva, además de estar bajo vigilancia en sus entrenamientos y con alarmas instaladas en los tres hoteles oficiales en los que estarán confinados durante 14 días.

De estas estrictas normas se liberarán un grupo exclusivo de 50 personas de los tres primeros jugadores del mundo, entre ellos Rafael Nadal, que pasarán la cuarentena con sus familiares y técnicos en Adelaida con la excusa de participar en un torneo de exhibición que se disputará el 29 y 30 de enero próximo.

Régimen casi carcelario

El plan de la cuarentena previsto por el Gobierno australiano para las 1.200 personas que se esperan en Melbourne será el más estricto que se haya hecho para el tenis en cualquier parte del mundo, ha destacado Lisa Neville, ministra de Servicios de Emergencia del estado de Victoria.

Los jugadores y miembros de sus equipos (dos por tenista de los cuadros de individuales) por tenista) deben llegar a Melbourne el 15 y el 16 de enero. Los responsables del Abierto de Australia han preparado y pagado 15 vuelos charters para recoger a los tenistas en los aeropuertos de Dubái, Los Ángeles y Doha y ninguno de ellos podrá subir a bordo si no ha presentado la PCR negativa de salida de su país de origen. Habrá controles especiales para los llegados de la zona de Europa por la aparición en Gran Bretaña del coronavirus mutante B117.

El personal de los hoteles Grand Hyatt, Pullman Albert Park y View, donde se albergará a los tenistas en Melbourne, ya han pasado una cuarentena obligatoria de dos semanas antes de recibir a los jugadores. Además, todos los espacios comunes de los hoteles se han rediseñado para asegurar la distancia social y se han instalado sistemas de alarmas en las salidas de emergencia de los hoteles para impedir que alguien escape de la burbuja, según indica el periódico australiano The Age.

Élite favorecida

La exclusiva burbuja preparada en Adelaida para acoger a los top 3 del ránking de la ATP y WTA (Novak Djokovic, Nadal, Dominic Thiem, Simona Halep, Naomi Osaka y Serena Williams, que sustituye a la australiana Ashleigh Barthy, número 1 mundial) no ha sentado bien al resto de tenistas a pesar de que, según Craig Tiley, máximo responsable de Tennis Australia, su cuarentena será igual a la de Melbourne.

Este grupo de tenistas podrán estar en Adelaida con todo su equipo y familiares con libertad de salida del hotel para entrenarse durante las cinco horas permitidas y tendrá un gimnasio en el hotel a su disposición las 24 horas del día.

Nadal, que viaja esta semana a Adelaida, incorporará a su equipo de trabajo a su compañero de dobles y amigo, Marc López. Por su parte Djokovic no ha confirmado aún su presencia en Adelaida. El número 1 mundial se planteaba descartar la exhibición al considerarla un privilegio sobre el resto de jugadores que estarán en Melbourne. El tenista serbio que lidera PTPA, la asociación de jugadores paralela a la ATP creada por él y el canadiense Vasik Pospisil. quiere defender los intereses de todos los tenistas por igual.El conocimiento de esta discriminación podría haber sido la razón por la que Roger Federer declinase a última hora su participación en el Abierto de Australia. El exnúmero 1 mundial había renunciado a jugar argumentando que seguía la recuperación de su rodilla derecha pero desde el entorno del tenista suizo se ha conocido que no estaba dispuesto a viajar tanto tiempo a Melbourne sin su familia.

El permiso de entrada de los tenistas al estado de Victoria se ha decidido de manera extraordinaria para preservar la celebración del primer Grand Slam de la temporada del 8 al 21 de febrero, a pesar de que miles de australianos siguen sin poder regresar a su país y los habitantes de Melbourne tienen prohibido regresar a su domicilio desde Sydney y Brisbane.