Los expertos recomendaron que se investigue la llegada del coronavirus a China a través de comida congelada. No hay hipótesis descabelladas en un contexto de ignorancia sobre la génesis de la pandemia o el comportamiento del virus pero la petición sonó contracultural: esa teoría, defendida por China, había sido globalmente desdeñada como una forma de aventar su responsabilidad del drama mundial.

La citó en segundo lugar el jefe de la misión, Peter Ben Embarek, entre las cuatro hipótesis que habían estudiado, emparedada en orden de probabilidad entre la infección por animal intermedio y la directa. "Tenemos que conocer más sobre la cadena de frío. El virus puede sobrevivir en superficies congeladas. Pero no sabemos si se transmite o no, por ejemplo un animal congelado infectado, o si el ambiente húmedo ayuda a la propagación", señaló el experto.

Las dudas de la OMS apuntalan las viejas sospechas chinas, que ha señalado las importaciones de alimentos extranjeros como la causa de rebrotes como el originado meses atrás en un mercado de abastos pequinés. La hipótesis había dejado de ser considerada como delirante entre la comunidad científica y Wang Linfa, virólogo de la Escuela Médica Duke-NUS de Singapur, la asumía como factible en este diario semanas atrás recordando un clúster de pescado contaminado en Tailandia.

La hipótesis del "virus fabricado" queda descartada

Las conclusiones de los expertos internacionales dieron aire a las tesis chinas en la misma medida que vapulearon las que defendió Donald Trump. La teoría que apuntaba al laboratorio virológico de máxima seguridad de Wuhan quedó enterrada. Es “altamente improbable”, sentenció Embarek. Ese laboratorio había nutrido las teorías más audaces desde que se amontonaron los primeros contagiados de una extraña neumonía: está situado a solo una quincena de kilómetros del mercado de Huanan y es el único laboratorio en China con nivel de seguridad cuatro, el más alto estándar internacional, lo que le permite almacenar los patógenos más peligrosos

Pero nada sustenta la tesis más allá del argumento geográfico e incluso Anthony Fauci, el principal asesor de la Casa Blanca, desmentía las promesas de Trump. La "fabricación" deliberada está descartada porque la secuencia genética confirma el origen animal y la fuga accidental exigiría la existencia previa del virus, razonó Embarek, quien también corroboró los escrupulosos protocolos de seguridad del laboratorio.

Las teorías de los congelados y el laboratorio brotaron cuando China y Estados Unidos discutían sobre el origen del virus y parecía urgente atribuirle ese salto azaroso de material microscópico a un país junto a todas las facturas. El asunto ha quedado felizmente desinflado con la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, que prohibió a su administración que vinculara al coronavirus con China para frenar el racismo. No es improbable que la rotundidad con la que los expertos han desaconsejado que se siga investigando la hipótesis del laboratorio fortalezca las sospechas de los conspiranoicos sobre la complicidad entre China y la OMS.