¿Cómo ha afectado al SEPE la vorágine del coronavirus?

De forma brutal. Llevo 40 años de trabajo en la Administración, casi todos en el antiguo INEM (ahora SEPE) y esta situación no la había vivido jamás. He conocido varias crisis de empleo pero de esta intensidad y en tan poco tiempo nunca. Hay que recordar que en el mes de febrero teníamos una situación más o menos normalizada con un paro controlable y un número de prestaciones que iba en descenso.

¿Cuántas prestaciones se han abonado en Aragón estos meses?

El número de beneficiarios en Zaragoza ha sido de 91.500 en abril, 119.000 en mayo y 94.000 en junio, siendo que habitualmente los perceptores venían siendo unos 36.000 en los meses precedentes. En todo Aragón, fueron 120.661 beneficiarios en abril, 151.255 en mayo y 119.831 en junio, cuando la media antes de la pandemia era de unos 50.000. En cuanto a las cantidades abonadas, la nómina de prestaciones en toda la comunidad fue de 119,3 millones de euros en abril, 142,8 millones en mayo y 76,2 millones en junio. La cuantía mensual rondaba los 27 millones, lo que da una idea de cuál ha sido la diferencia.

¿Qué se ha hecho para asumir esta elevada carga de trabajo?

Pues meter muchas horas, y mucho desgaste para la plantilla. Se contrataron a 18 personas en Zaragoza, 2 en Huesca y 1 en Teruel, pero aunque nos han ayudado mucho, se trataba de personas sin experiencia en la gestión de este tipo de prestaciones y, por tanto su aportación ha sido limitada. También debo destacar el hecho de que se ofrecieron muchas personas de otras administraciones públicas para colaborar pero en la mayoría de los casos era para teletrabajar por lo que nos era imposible poderlas formar. Si que quisieron venir a ayudarnos tres personas del Catastro y una de Defensa a quienes quiero agradecer su colaboración en estos momentos difíciles para nosotros.

Hubo muchas quejas por los retrasos en los pagos, ¿qué fallo?

Realmente y visto con una pequeña perspectiva tampoco fueron tantas las quejas. Si hablamos de porcentajes y dadas las cifras en las que nos hemos movido, el número de quejas en relación con el número de personas que cobraron es relativamente bajo, lo que ocurre es que los trabajadores están acostumbrados a tener su nómina puntualmente a final de cada mes y en este caso suponía un cambio de empresa pagadora con todos las incidencias que pueden producirse al tener que realizar tantos pagos diferentes a tantas personas y en tan poco tiempo. ¿Qué falló? Desde luego nos desbordó la situación. Un incremento de nuestro trabajo diario en unos porcentajes del 700% u 800% y de la noche a la mañana no son asumibles ni por la Administración ni por cualquier empresa. Se colapsaron todos los sistemas de entrada de solicitudes de esta dirección provincial y de casi todas las de España. Fueron unos días terribles en los que todas las empresas tenían urgencia por comunicar sus circunstancias. La mayoría optaron por comunicar que todos sus trabajadores iban al ERTE, cuando después en algunos casos no fue así. De ahí surgieron muchos de los errores en el pago que ahora estamos solventando.

¿Se ha normalizado la situación?

No, en absoluto, pero ha cambiado nuestro papel. En un primer momento la prioridad fue gestionar el pago de los miles de solicitudes, entrar en esa dinámica de reconocer expedientes para iniciar los pagos que posteriormente ya se automatizan. Ahora estamos en una segunda fase en lo que prima es contestar a todas las reclamaciones que se nos hacen, tanto por haber pagado de menos como por haber pagado de más, y gestionar las bajas en los ERTE que se producen escalonadamente.

Empresas y sindicatos prevén una hecatombe del empleo en otoño, ¿cómo cree que será?

Pues evidentemente, como se suele decir, doctores tiene la Iglesia, pero desde un punta de vista técnico, creemos que, efectivamente, una vez se cierre el paraguas de los ERTE muchas empresas van a tener dificultades y el desempleo va a resentirse. Estimamos que el paro repuntará y que el número de perceptores de prestaciones aumente considerablemente, no ya de los perceptores de los ERTE sino por finalizaciones de contratos o despidos. Estimamos que va a ser un otoño duro para nuestra gestión.

CSIF asegura que los trabajadores del SEPE están al borde del agotamiento. ¿Qué opina?

Estoy completamente de acuerdo con esa apreciación. Como decía, las cargas de trabajo se han multiplicado por siete u ocho y, sin embargo, la plantilla no es que haya sido la misma sino que se ha reducido en número, ya que nosotros también como cualquier empresa tenemos una serie de trabajadores vulnerables que no pudieron trabajar desde el primer día y unos pudieron acceder al teletrabajo y otros no. Tuvimos que afrontar lo más duro de la crisis con un menor número de trabajadores en activo. Tras el paso de varios meses, esto ha supuesto un agotamiento de buena parte de la plantilla, que quiero dejar constancia aquí se ha portado de forma ejemplar desde el primer día, trabajando muchísimas más horas de las ordinarias y en sábados, domingos y festivos. Recuero especialmente que en los festivos de Semana Santa, el 23 de abril o el 1 de mayo, la actividad de esta dirección provincial fue prácticamente la misma que en cualquier día laborable.

¿Cómo ha sido la colaboración con el Gobierno de Aragón?

Ha sido magnífica. Aprovecho para agradecer desde aquí la colaboración que desde el primer momento nos brindó el Inaem, poniéndose a nuestra disposición para lo que necesitáramos y ayudándonos en aspectos muy concretos como fueron proceder a inscribir a demandantes que carecían de datos y por tanto no se les podía pagar su prestación. También la sintonía con la Dirección General de Trabajo, con la que hemos estado en contacto permanente para solucionar diversas incidencias. No hay que olvidar que nosotros sólo podemos proceder al pago, después de que el expediente haya sido visado por esta autoridad laboral, por lo que, aunque somos administraciones diferentes, si no existe esa colaboración la situación se complica.

¿Se han detectado fraudes en los ERTE?

Se produjeron unos instantes iniciales de caos en los cuales las empresas comunicaron situaciones de cese de actividades que luego realmente no se produjeron. Son las menos, pero hubo empresas que dejaron que todos o parte de sus trabajadores siguieran cobrando del ERTE, aun cuando estaban trabajando y no se lo comunicaron al SEPE. Son situaciones puntuales con las que nos hemos encontrado. La mayoría de las empresas los han utilizado correctamente para salvaguardar empleos en una situación realmente excepcional en que la producción no tenía salida. Los casos sospechosos que detectamos los ponemos en conocimiento de la Inspección de Trabajo, que es el organismo competente .