A partir de ahora los viajeros que quieran entrar en Francia deberán llevar encima un certificado especificando su situación y el motivo del desplazamiento, una medida adoptada por el Gobierno para restringir el acceso al territorio francés en el marco del estado de emergencia sanitaria decretado para luchar contra la epidemia de coronavirus.

El ministerio del Interior ha colgado en su página web (www.interieur.gouv.fr) tres certificados diferentes sobre desplazamientos internacionales: uno para viajar desde el extranjero hacia la Francia metropolitana, otro para ir desde el extranjero hacia los territorios franceses de ultramar y un tercero para hacerlo desde la Francia metropolitana hacia ultramar.

En el segundo de los casos, los pasajeros deberán someterse a su llegada a un control sanitario que puede conllevar la obligación de respetar una cuarentena en un lugar habilitado específicamente para ello o en casa.

Cada documento contempla tres perfiles de viajeros en función de su nacionalidad. Los franceses tendrán que rellenar el formulario sin alegar ningún motivo específico mientras que los ciudadanos de la Unión Europea y de países terceros deberán cumplir algunos requisitos.

En concreto, tener su residencia principal, su cónyuge y sus hijos en Francia; estar en tránsito para reunirse con su familia, ser personal sanitario desplazado para hacer frente al covid-19; ser transportista de mercancías, miembro de la tripulación de una línea aérea que regresa a su base de origen; personal diplomático o de un organismo internacional con sede en Francia o trabajar en los servicios de aduana de las fronteras interiores.

Los documentos están disponibles en francés e inglés y tendrán que presentarse firmados antes del embarque y durante los controles de llegada a cualquier tipo de frontera, sea aérea, marítima o ferroviaria.

EL PAÍS ENTRA EN RECESIÓN

Francia ha superado este martes la trágica cifra de los 10.000 muertos desde el inicio de la pandemia del covid-19 y son cada vez más las localidades que endurecen las condiciones del confinamiento decretado el 17 de marzo para impedir que, con el buen tiempo, aumenten las tentaciones de romper el aislamiento.

El consejo científico que asesora al Gobierno no quiere oír hablar de levantar el confinamiento mientras las UCIS de los hospitales estén saturadas y no estén completamente operativas las medidas de control que deberán tomar el relevo del aislamiento. Su presidente, el doctor en inmunología Jean François Delfraissy, ha pedido al Ejecutivo prolongarlo varias semanas.

Con la parálisis de la actividad el país ha entrado oficialmente en recesión al haber registrado una caída del 6% del PIB en el primer trimestre del 2020, que se suma al crecimiento negativo del último trimestre del 2019, según los datos del Banco de Francia.

Durante la quincena de confinamiento del mes de marzo, la actividad económica ha caído un 32%, un dato peor que el registrado durante la crisis financiera del 2008. Los paros técnicos afectan en este momento a 5,8 millones de trabajadores en Francia.

Por otro lado, la sospecha de que unos cuarenta militares del portaaviones francés Charles de Gaulle podrían estar infectados por Covid-19 ha llevado al ministerio de Defensa a anticipar su regreso a la base de Toulon, mientras un equipo médico se dirige al barco para investigar los casos de coronavirus e impedir su propagación.