El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha presentado este martes en la Asamblea Nacional la estrategia del Gobierno durante la fase de desconfinamiento que se iniciará el 11 de mayo. A partir de esa fecha será obligatorio llevar mascarilla en los transportes públicos y en los taxis que no dispongan de pantallas de plexiglás; podrán abrir los mercados y todos los comercios salvo bares y restaurantes, que seguirán cerrados al menos hasta el 2 de junio.

La vida social seguirá limitada, aunque no habrá que llevar encima ningún justificante para salir a la calle. Cines, museos y teatros permanecerán cerrados y los festivales y eventos deportivos programados para más de 100.000 personas estarán prohibidos hasta septiembre. En la vía pública los grupos estarán limitados a un máximo de 10 personas.

El plan del Ejecutivo reposa en el triple principio de "proteger, testar y aislar" con la finalidad de romper la cadena de transmisión del coronavirus y evitar que el regreso paulatino de la actividad reavive la curva de contagios. De ahí el anuncio del primer ministro de que se harán 700.000 test semanales a las personas sintomáticas y se procederá al aislamiento de los casos positivos, bien en su domicilio bien en lugares habilitados para ello y siempre de manera voluntaria.

La reapertura de los colegios, que está siendo un verdadero puzzle para los directores de los centros, se hará de manera escalonada. Las guarderías podrán abrir el 11 de mayo con un máximo de 10 niños.

En esa misma fecha los colegios de educación infantil y primara abrirán en todo el país y el 18 de mayo lo harán los centros de secundaria pero solo en los departamentos "verdes", es decir, donde la circulación del virus sea débil. Los liceos profesionales seguirán cerrados al menos hasta el 2 de junio. El Gobierno prolongará el estado de emergencia sanitaria hasta el 24 de julio.

Casi 30.000 hospitalizados

Aunque el número de enfermos sigue bajando y los ingresos en las ucis también, todavía hay 28.055 pacientes hospitalizados. El balance de la epidemia dejaba este lunes 23.293 fallecidos desde el 1 de marzo así que los franceses se preguntan legítimamente si el país estará preparado el 11 de mayo para flexibilizar el confinamiento. En Alemania se ve con preocupación que el inicio de la desescalada conlleva un repunte en la tasa de infecciones y que la mortalidad sigue aumentando.

En París, el consejo científico que asesora al Gobierno recomienda para esta nueva fase romper a toda velocidad las futuras cadenas de contaminación siguiendo el modelo de Corea de Sur basado en diagnósticos fiables, rastreo eficaz y alojamientos adecuados para los confinados.

Dado que no se sabe si el virus es estacional y perderá fuerza con la llegada del calor, los expertos temen que una segunda ola de contagios suponga el golpe de gracia del sistema sanitario exhausto cuyo personal está al borde de sus fuerzas y donde escasean los fármacos.

Philippe ha comparecido en un hemiciclo con solo 75 diputados por razones de seguridad sanitaria y ante una oposición soliviantada por la negativa del Gobierno a dejar a los diputados estudiar tranquilamente el plan antes de emitir su voto, que tendrá lugar al término del debate de este martes. La derecha ha advertido que no votará a favor porque considera la estrategia ambigua y llena de contradicciones.