El sector de la moda en España afronta un verdadero terremoto estructural tras el confinamiento causado por la pandemia del coronavirus. Las tiendas de moda suponen en torno al 2,8% del PIB de España y concentran el 4,1% del mercado laboral, el 9% de las exportaciones y dependen en gran medida del turismo (el 13% de la facturación mundial responde a las compras de turistas). Y ese millonario pastel está actualmente en peligro con el coronavirus y sus temibles consecuencias. Según la consultora EY, "la posibilidad de que desaparezcan empresas pone en riesgo un tercio de los empleos actuales y el 25% del sector". Globalmente, al margen de los resultados de cada empresa, las ventas cayeron el pasado año el 19% según la consultora y la crisis del coronavirus amenaza con agudizar todavía más esta tendencia. Datos de Boston Consulting Group apuntan a que el mordisco del Covid-19 supondrá un retroceso de los ingresos del orden del 40% este año y que la recuperación no es previsible hasta más allá del 2021.

El anunció este lunes por parte de Inditex de que suspende el expediente de regulación de empleo en abril ha sido interpretado como algunos como acto de buena voluntad antes de lo que tiene que llegar para todas las firmas del sector. La buena posición de caja de la compañía le permite afrontar el primer golpe de la crisis con entereza, pero la situación tiene un horizonte algo más complicado. Los protocolos de seguridad que deberán incorporar las firmas de moda en los próximos meses invitan a pensar que las tiendas deberán estar menos saturadas y los planteamientos del pasado que priorizaban el lleno de tiendas deberán ser revisados. Incluso las políticas de precios bajos pueden estar en peligro si la rentabilidad de las tiendas cae en picado.

CRISIS ESTRUCTURAL PARA EL FUTURO

EY y Boston vaticinan un futuro inmediato para el sector textil muy negro aunque ofrecen también alternativas y propuestas para minimizar la situación. El 'Informe sobre el sector de la moda en España. Análisis del impacto de la crisis del Covid-19', asegura que la pandemia llega en un momento de debilidad sectorial y perspectivas claras de debacle, con una caída de las ventas del orden del 70% durante el confinamiento y escaso interés de los consumidores en la compra 'on line'. Según este informe, "el cierre de tiendas y empresas, motivado por las medidas de confinamiento, se puede volver estructural una vez superada la pandemia". "Ello obligará a algunos comercios a reducir plantillas y cerrar puntos de venta y abocará a otros a la desaparición".

Los analistas respaldan sus agoreras previsiones en los costes fijos que incurren las firmas de moda, unos costes operativos que de media suponen el 50% de la facturación. Estos costes incluyen desde los salarios de los empleados (del 13% al 20% de la facturación), el pago de alquileres (entre el 15% y el 20%), el inventario de producto adquirido o pagado para su venta (el 10%), y otros gastos operativos como impuestos.

Según los cálculos de EY, la mayoría de empresas de moda ya han desembolsado alrededor del 20% del coste anual previsto del inventario y buena parte no podrá venderse.

REBAJAS

Según ModaEspaña, con "los desajustes en las temporadas, la acumulación del estoc ya producido y servido, y otras problemáticas generadas por el contexto actual, valoramos que debe buscarse un equilibrio de cara a ordenar la venta, sin que se lleve a cabo una regularización del periodo de rebajas". En el sector comercial han crecido las voces en los últimos días a favor de posponer el inicio de las rebajas para no erosionar todavía más las cuentas de los establecimientos.

Para enmendar la situación, extensible a buena parte del comercio o negocios que se han visto obligados a paralizar su actividad durante el confinamiento, el estudio considera fundamental la "condonación de rentas y la renegociación bilateral de contratos de arrendamientos, con efectos desde el inicio de del estado de alarma y al menos hasta los seis meses siguientes a su terminación". También defiende el "establecimiento de criterios interpretativos vinculantes por parte del Ministerio de Hacienda sobre la incidencia del IVA en la moratoria o condonación de la renta, así como en la renegociación contractual".

Los expertos de EY y Boston prevén que las medidas laborales aplicadas no van a ser suficientes y aconsejan a las empresas del sector textil que preparen el terreno para futuras medidas laborales en función del impacto de la crisis. Así, aconsejan que la el compromiso de mantenimiento del empleo durante seis meses podría no poderse mantener ante la previsión de que las causas económicas, organizativas o de producción que requieran medidas de reestructuración se mantengan a medio plazo.

Además, apuntan a la necesidad de medidas de flexibilidad laboral que permitan que la plantilla pueda cumplir tareas y funciones distintas a las fijadas en convenio. Por ejemplo, que personal de tienda pueda desempeñar funciones de logística o almacenaje, por ejemplo.

Como colofón, el estudio aconseja que para minimizar los efectos del cierre comercial, durante la fase de reapertura se apliquen horarios más flexible, quizá con horarios de apertura más amplios para compensar las limitaciones de aforo.

En materia fiscal, los analistas se alinean con las peticiones empresariales en general, en la línea de "aliviar" la presión tributaria durante el periodo de confinamiento y la fase de reapertura de tiendas. Las medidas se dirigirían a aplazar el pago de impuestos, la suspensión de exacciones, la flexibilización de requisitos y el establecimiento de determinados beneficios fiscales en el impuesto de sociedades, IVA e IRPF.